Se trata de un libro gordo y puede hacerse un poco largo si no hay costumbre de leer (a mí en total me duró una semana). Está ambientado en Praga a finales del siglo XVIII, y tiene ese toque sofisticado de la alta sociedad bohemia y las pinceladas meticulosas de historia y cultura de la época. Además por su forma de escribir acabas viajando en el tiempo e introduciéndote en la ciudad.
No es solo una novela de amor con encuentros eróticos entre la joven Aileen y el músico Václav Novotný (que me han encantado por cierto), sino que hay un mundo mágico y peligroso que los envuelve. Súbucos, íncubos, demonios y posesiones. Ángeles, arcángeles y diosas. Se nota un exhaustivo trabajo de investigación por parte de la autora, que llena sus páginas de datos y relatos sobre la ciudad, creencias, leyendas... Una temática que no me esperaba cuando leí la sinopsis y que es una novedad para mí en las novelas románticas.