School Rock Band (Todd Graff, 2.009)

Título original: Bandslam

Director: Todd Graff

Guionistas: Josh A. Cagan

  Todd Graff

Intérpretes: Alyson Michalka

  Vanessa Hudgens

  Gaelan Connell

  Lisa Kudrow

  Charlie Saxton

  Ryan Donowho

Productores: Elaine Goldsmith-Thomas

  Ron Schmidt

  Marisa Yeres

Fotografía: Eric Steelberg

Música: Varios artistas

Montaje: John Gilbert

Nacionalidad: Estados Unidos

Año: 2.009

Duración: 111 minutos

Edad: Todos los públicos

Género: Comedia

  Drama

  Familiar

  Musical

  Romántica

Distribuidora: Aurum Producciones, S. A.

Estreno: 11-09-2.009

DVD Alquiler: 27-01-2.010

DVD Venta: 27-01-2.010

Página WEB: Ficha completa en IMDb

  Ficha completa en FilmAffinity

  Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en YouTube

Calificación:

Crítica: 5,093 Espectadores: 87.263

Público: 5,795 Recaudación: 518.904,30 €

España:   Puntos (Popularidad): 0

Rugoleor:   Ratio de popularidad: 0,00%

Sinopsis:

Cuando la dotada cantautora Charlotte Banks pide a Will Burton, recién llegado a la ciudad, que se convierta en manager de su incipiente grupo de rock, parece no tener más que un objetivo en mente: enfrentarse a su egoísta ex novio, Ben, que también es músico, en el mayor evento del año, una competición de grupos musicales llamado Bandslam. Contra todo pronóstico, su grupo desarrolla un sonido propio que les da verdaderas posibilidades de triunfar en el concurso. Mientras tanto, se desarrolla un romance entre Will y Sa5m, que toca la guitarra de miedo y tiene una voz para morirse. Cuando se produce un desastre, llega el momento de que el grupo tome una decisión: ¿Admiten la derrota, o plantan cara y defienden aquello en lo que creen?

Walden Media, productora especializada en cine juvenil, busca su propio “High School Musical”, aunque en versión más auténtica (con Velvet Underground, Wilco o Steve Wynn, en la banda sonora) con esta comedia de instituto tejano que cuenta con la presencia de Vanessa Hudgens. El protagonista (Gaelan Connell), recién llegado al instituto, conocerá a Aly Michalka, que le propondrá formar parte del grupo musical con el que participará en la guerra de bandas de final de curso.

Crítica:

16.09.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA

Escuela primaria

En plena descomposición de las formas cinematográficas clásicas nos enjaretan ahora esta pseudocomedia musical, montada a mayor gloria (efímera) de un grupito de adolescentes, empeñados en montar una marchosa banda rockera. Lo cual da paso al típico enredo destinado a un amplio sector de espectadores distraídos, ajenos a cualquier valor cultural en la gran pantalla. Así que en el delirio tecnológico, plagado de ídolos y pregoneros, en el que nos encontramos, parece atinado el argumento de Paul Valéry de que el ser humano contemporáneo sólo se interesa por lo abreviable. Es cierto que existen todavía arriesgadas propuestas de autor, pregnantes en su valor de verdad y de identidad, en lucha frente a la insignificancia de cintas como “School Rock Band”.

Pero se trata de excepciones frente a los poderes de la gran industria. Tampoco al ‘somelier’ se le exige emborracharse para conocer la cosecha. Así pues, la charcutería visual en la que nos movemos da como resultado comedias tontorronas como la presente, firmada por un ignoto aspirante a director e interpretada por actores y actrices de nuevo cuño, que siguen a pies juntillas los pasos de ídolos de celofán al estilo de Zac Efron o Miley Cyrus, entre otros.

Básicamente la película se compone de un buen número de ensayos musicales que, por acumulación, terminan por agotar. Así que entre tanta sobreabundancia de cancioncillas baratas, almibaradas situaciones sentimentales, gracietas propias del caso y demás clichés del humor más elemental, “School Rock Band” deriva en una anécdota parecida a un anuncio de Coca Cola, sin nada de picardía, preocupaciones sociales o referencias medioambientales. Y, ni qué decir tiene, que las arbitrariedades que salpimientan la acción sirven exclusivamente para rellenar metraje. Tampoco hace falta comentar que el desenlace es tan trillado como previsible, pero sí coherente con el tipo de producto ante el que nos encontramos.