A veces despierto, bañado en sudor frío, tras una noche de inquietudes que afloran desde el subconsciente y que aprietan cuando uno está más indefenso, en la destructible coraza que defiende el mundo de nuestros sueños. Y sigue el día, inexorable, tras una ducha que tratamos que sea más reparadora de lo que en realidad termina siendo, y continuamos perdidos en nuestras ensoñaciones toda la jornada. Y siempre hay alguien empeñado en ver lo oscuro de nosotros, aunque nuestra actitud sea la mejor, nuestra aptitud la de siempre, y el resultado final sea lo que se pretendía cuando estábamos sentados a la misma mesa, con veinte años menos y el alma descansada, pura, sin el óxido que algún aventón del destino nos regaló en ese paréntesis.
Por más que miro, remiro, abro y cierro los ojos, me doy un paseo y vuelvo a la pantalla, no logro entender por qué Michael Schumacher es objeto de tantas críticas debido a su actuación en el Gran Premio de Italia de 2011. Quizá todas esas críticas estén motivadas por la incoherencia de los comentaristas españoles, que afirmaban sin sonrojo que Michael Schumacher obstruía de forma ilegal a Lewis Hamilton, pues hacía dos cambios de dirección para defender su posición, cuando solo está permitido uno.
¿Y qué dice la FIA de todo esto? Como mejor se hacen las cosas es no hablar de oídas y consultar el reglamento deportivo, que en el punto dos, de su artículo veinte, figura que no están permitidas las maniobras destinadas a obstaculizar a otros conductores, como más de un cambio de dirección para defender una posición.
El único pecado de Schumacher fue defender su posición y comportarse como se comportaban antes los pilotos, con garra, valentía, profesionalidad y coraje, no regalando nada en la pista. Pero ¿realmente Schumacher fue antideportivo en algún momento? ¿hizo más de un cambio de dirección para defender su posición en algún lance de la carrera? Por lo que yo vi, no.
Todos vimos como Schumacher hacía dos cambios de dirección cuando era acometido por Hamilton. El primero de esos cambios era destinado a defender su posición tapando la que iba a ser la parte interior de la curva venidera, y el segundo era simplemente para acomodar su coche para afrontar lo mejor posible dicha curva, es decir, abriéndose para hacer lo más recta posible el giro. Un solo cambio de dirección para obstaculizar. Eso lo hacen todos los pilotos y lo que dio Schumacher fue un curso de conducción gratuito a todos los espectadores.
El único pecado de Schumacher fue quizá acotar demasiado el espacio que dejaba disponible en alguna ocasión. Hamilton se quejó de ello y le hicieron caso. Mercedes le indicó a Schumacher que en Ascari debía dejar más espacio a Hamilton, y así lo hizo. ¿Dónde está el problema? ¿Por qué todo el mundo se ensaña con Schumacher cuando en realidad le deberían estar agradecidos por ofrecernos una conducción magistral?
Recordemos que el piloto que va delante es el que elige la trayectoria, y todos hablan de esta o de aquella maniobra arriesgada de Schumacher. Por ejemplo, el incidente con Barrichello en Hungría 2010, donde Rubens se quejaba de que le tiró contra el muro, poniendo en peligro la vida de ambos. Correr con los coches significa poner en peligro tu vida y la de los que te rodean, y si quieren seguridad, que jueguen al parchís. Schumacher le cerró y Barrichello tuvo la posibilidad de levantar el pie y no lo hizo. Con dos huevos los dos pilotos. A partir de ahí, que se atengan a las posibles consecuencias. ¿A qué jugamos? ¿es que no es esto lo que queremos, maniobras arriesgadas como el adelantamiento de Webber a Alonso en Spa 2011 o el de Vettel también a Alonso en Monza 2011? Ambos fueron igual de peligrosos para ambos pilotos que el lance entre Barrichello y Schumacher. Si no quieres jugar a esos niveles, solo debes levantar un poquito el pie del acelerador, que es la posibilidad para el prudente, llamémosle así.
¿Y no será que nos han amariconado tanto este deporte que su nuevo diseño ya ha calado demasiado en nuestros corazones y no estamos dispuestos a soportar según qué cosas? Claro está que depende de quién las haga ¿no creen?