Año: 2010.
Género: Aventuras.
País: Estados Unidos - Reino Unido - Canadá.
Duración: 112 minutos.
Dirección: Edgar Wright.
Intérpretes: Michael Cera, Mary Elizabeth Winstead, Allison Pill, Kieran Kulkin, Ellen Wong, Anna Kendrick, Chris Evans, Brandon Routh, Jason Schwartzman, Mae Whitman.
"Scott Pilgrim nunca ha tenido problemas para conseguir una novia. Las dificultades aparecen cuando quiere cortar. Mientras intenta deshacerse de su última conquista, Ramona irrumpe en su vida, pero no tarda en descubrir que la mujer deseada arrastra un bagaje nada tranquilizador: sus ex controlan su vida amorosa y están dispuestos a hacer lo que sea para eliminar la competencia. Scott se acerca cada vez más a Ramona, pero debe enfrentarse a los hombres de su pasado, que van desde un peligroso patinador, pasando por una estrella del rock vegetariana, hasta dos pavorosos gemelos. Si quiere hacerse con su corazón, deberá superarlos a todos."
No hay nada más satisfactorio como cuando uno espera durante mucho tiempo una película, y cuando finalmente puede verla, descubre que no sólo no es patética, ni mala, sino que es excelente (cada singular momento de ella) y es mucho más de lo que uno hubiera esperado que sea. Proviniendo de un material gráfico adorado por una infinidad de fanáticos durante seis años, el riesgo era mucho, pero en manos de un director más que capacitado para adaptar la historia (Edgar Wright, al cual muchos recordarán por otra excelente película, Shaun of the Dead) Scott Pilgrim es exactamente la definición de película nerd superfantástica que muchos ansiaron ver.
La peculiar historia de Scott Pilgrim comienza presentándonos a Scott y su grupo de amigos ensayando en la casa de uno de ellos para el próximo concierto de la banda que tienen, Sex Bob-omb. Vueltas van, vueltas vienen, terminamos conociendo a los personajes que estarán con Scott hasta el final de la película; una genialidad del director es presentar a cada personaje exactamente como lo hizo Bryan Lee O'Malley en la historieta: con carteles tipo cómic y pocos segundos para demostrar las actitudes diferentes de cada personaje - en definitiva, con una mirada ya sabés por dónde viene la mano con cada uno. Luego, Ramona Flowers. Esta estrambótica chica de peinado raro y colores más raro aún cautivará a Scott desde el primer momento en que él la ve - ¡en sus sueños! - a lo cual el muchacho no cejará en su empeño de conquistarla. Peeeeero... Ramona viene con bagaje emocional, siete bagajes para ser exactos en forma de ex-novios, contra los cuales Scott deberá luchar para ganarse al amor de su vida.
La influencia de los videojuegos pesa y mucho tanto en la historieta gráfica como en la película; como si de niveles se tratara, el protagonista debe derrotar a cada enemigo final que se le cruce para llegar a su meta final. En el camino irá desarrollando una historia de amor con su querida Ramona, mientras que resiste los embates de sus enemigos y su anterior novia, Knives Chau, a quien la separación no le ha hecho nada bien. Pero más allá de ser un videojuego en pantalla grande (uno excelente, por cierto) Scott Pilgrim ahonda en otras cuestiones, como la amistad, la camaredería, el día a día en la vida de los jóvenes adultos, y por sobre todas las cosas, qué pasa cuando el amor verdadero se nos presenta y tenemos que luchar por él.
El gran peso de que la trama funcione son sus personajes, y creo que con Scott Pilgrim es una de las películas que adaptan un cómic o videojuego que tiene un elenco soñado, casi rozando la perfección: es como si los personajes hubieran saltado desde el cómic hacia la vida real. Y no sólo en apariencia, sino también en personalidad y caracterización: Michael Cera, el eterno perdedor, es Scott Pilgrim, así como Mary Elizabeth Winstead es casi casi la Ramona ideal. El elenco sigue: Chris Evans está igual, Brandon Routh y su Todd Ingram igual de idiota que en el cómic, Wallace Wells no es lo que imaginaba, pero es extremadamente hilarante, Knives Chau es todo un acontecimiento (Ellen Wong llegará lejos), Allison Pill es sarcástica a más no poder con su Kim Pine, Anna Kendrick es la hermana Pilgrim perfecta, Jason Schwartzman es el villano final lleno de humor (no le pega tanto) pero es igual, igual. Un logro terriblemente grandioso.
Explotando el hecho de tener un elenco perfecto, el director Edgar Wright supo captar la esencia desenfrenada y visualmente estruendosa del cómic, sumado a todas las referencias pop del momento, el ritmo de Scott Pilgrim es el adecuado para una propuesta tan desarticulada y poco común; casualmente, es lo que alejó a mucha gente de Speed Racer, y el mismo efecto se generó con ésta película, ya que sufrió un fracaso taquillero, aunque su status de obra de culto sigue aumentando con el pasar de los días.
Visualmente, es todo un espectáculo; de cuando en cuando, hay recuadros con infomarción y status de los personajes (videojuego, ¿ven?) hay onomatopeyas cual cómic de Batman, y muchas referencias visuales más que sorprenden, aparte de momentos extraordinarios que estarían geniales en la vida real. Todo acompañado por una banda de sonido en la que colaboró el mítico perdedor Beck, que ayudó en el score y en las canciones que interpretan Sex Bob-omb (espero que se vicien con Garbage Truck y Threshold)
Scott Pilgrim es una de las mejores películas del año: rápida, innovadora, agradable y revolucionaria, como si de un videojuego estuviéramos hablando; los méritos de Edgar Wright como director acá lo avalan una vez más. Una obra de culto en proceso, eso es lo que es Scott Pilgrim vs. El Mundo.
Calificación: A