Revista Medio Ambiente
En el año 2010, el 50% de las playas españolas y el 70% de las dunas estaban degradadas, asimismo el 60% de los humedales presentes a mediados del siglo XX habían desaparecido. En ese mismo año se destruían en nuestro país 7,7 hectáreas de litoral cada día.
Este desastre medioambiental se producía entonces bajo el amparo de la Ley 22/1988 de 28 de julio, que marcaba una franja de protección de 100 metros en la que no se podía construir, aunque lo cierto era que a pesar de estas restricciones, en muchos municipios se permitía construir al aprobarse planes urbanísticos que directamente eran ilegales, tal como sentenció el Tribunal Supremo en varias ocasiones en el caso de Llanes.
Estas restricciones, a pesar de lo sencillo que resultaba saltárselas en muchos casos, no gustaban a los constructores, ni por supuesto a muchos ayuntamientos que obtenían gran parte de sus ingresos a través de las licencias urbanísticas.
Costa de Foz, Lugo
Pero como ya sabemos todos, la burbuja inmobiliaria finalmente explotó, y una gran parte de las promociones inmobiliarias quedaron paralizadas, llenando la costa de viviendas a medio construir y de grúas paradas. En algunas zonas, como en la mariña lucense, el paisaje es aun hoy completamente desolador.
Cuando parecía que de una vez por todas nos habíamos dado cuenta de la construcción desmesurada era un error garrafal, y que era completamente absurdo seguir construyendo más y más casas en un país en el que el 20% de las viviendas están vacías, el presidente de la patronal bancaria opinaba todo lo contrario. Según el señor Miguel Martín, la solución a la crisis económica pasaba por construir más casas, y en una muestra de cinismo sin precedentes, cuando fue preguntado por los desahucios afirmó que "el crédito hipotecario de los bancos había ayudado a las personas".
La aparentemente absurda medida propuesta por el señor Martín no ha caído en saco roto, ya que al Gobierno le ha parecido una buena idea y para ello ha decidido cambiar la ley de costas para permitir que se pueda construir en aquellas pocas zonas donde no se había edificado. Hoy martes, 9 de abril de 2013, se ha aprobado la revisión de esta ley que reduce la franja de protección del litoral de los 100 metros anteriores a tan sólo 20. Y los antiguos especuladores urbanísticos, que ganaron miles de millones de euros en unos pocos años a costa de destrozar nuestro patrimonio natural, ya se están frotando las manos. Y muchos alcaldes y concejales ya están reservando mesa en los mejores restaurantes para firmar convenios con ellos y repartirse la tajada.
Y al mismo tiempo que se aprueba esta ley, el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente afirma sin sonrojarse que "el eje inspirador de esta reforma es preservar los valores ambientales del litoral". Como decía Groucho Marx "el secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido".