México, Brasil y Argentina
La irrupción de la izquierda a inicios del milenio se debió mas a la quiebra del modelo económico neoliberal en la región que al atractivo de sus propuestas electorales. “Alguien tenia que hacerse cargo de la reconstrucción.”
Actualmente, la situación en los países donde la derecha retomo el poder, muy rápidamente ha empezado a deteriorase y replicar la que se vivió en las postrimerias del siglo pasado. (desempleo, inflación, hambre, deuda, etc). Brasil y Argentina han entrado en una vertiginosa espiral descendente que no parece tener fin.
La crisis global de un país que llevaba treinta años aplicando las políticas FMI, políticas que produjeron que más del 50% de la población mexicana se encuentre bajo la línea de la pobreza[1], ha llevado a la presidencia de Mexico a Lopez Obrador que da “una luz de esperanza”, pero en todo caso es el primer portazo en las narices del neoliberalismo a escala continental. Aquí reaparece la misma coyuntura que dio paso a la oleada de gobiernos progresistas de inicios de siglo.
Stella Calloni, señala que “el triunfo de López Obrador es un hecho histórico. Además de ganar la presidencia, ganó en diputados y senadores, y por primera vez el PRI quedó en tercer lugar. López Obrador es un hombre de izquierda, un progresista, un hombre muy preparado, un estadista con mucha experiencia, como jefe de Gobierno del Distrito Federal, fue considerado por medios europeos como el mejor alcalde del mundo, y cuando dejó la alcaldía lo hizo con un 85% de imagen positiva”[2].
“López Obrador caminó por todo México casi sin recursos, estuvo codo a codo con el pueblo. Este triunfo es el fruto de un trabajo impresionante de un hombre que en sus actitudes se parece mucho a Evo Morales”[3]
Para Chen Yuanting, investigadora adjunta del Instituto de Estudios Latinoamericanos de China, “los resultados electorales de las dos economías más grandes de la región (Mexico y Brasil ) son de suma importancia y decidirán en gran medida la orientación de la tendencia política de toda la región en los próximos años”.[4]
La crisis económica de la Argentina esta derivando en crisis también política, situación que en Brasil se vivió desde el principio del régimen de Michel Temer. La prisión del favorito para las elecciones del 2019 constituye una profundización de la crisis política que no se podrá resolver mediante el simple voto. No solo la economía esta afectada, la institucionalidad democrática misma esta fracturada, sin retorno. La recesión económica y los paquetes de ajustes aplicados por quienes removieron a la mandataria legítima Dilma Rousseff del Palacio de Planalto generan amplio rechazo entre la población brasileña.
Incluso si la derecha obtiene una victoria sin la participación de Lula en los comicios, la estabilidad y legitimidad del gobierno resultante quedarían en entredicho.
En la vecina Argentina, las elecciones están programadas para octubre del 2019. Pero los meses que le quedan por delante al gobierno de Mauricio Macri pueden jugar en su contra, en la medida en que la economía no acaba de mostrar los resultados esperados.
Ni los pagos a los fondos buitres ni los recortes ni las concesiones al capital privado de Macri lograron convencer a los inversores internacionales de traer su dinero a la nación austral, lo que parece una sentencia de muerte para el peso argentino.
El acuerdo firmado recientemente con el Fondo Monetario Internacional para lograr un colchón de seguridad se parece demasiado al escenario anterior a la catástrofe neoliberal del siglo pasado como para pasar desapercibido entre los argentinos, que salieron a las calles a mostrar su rechazo.[5]
¿Que pasa en el resto de países?
El avance de la izquierda mexicana, no es único en el ciclo electoral del 2018. Incluso en los países donde ganó la derecha este año, los partidos progresistas alcanzaron notables resultados que llevan a pensar en un escenario más reñido de cara al próximo ciclo. Así ocurrió en Chile, donde la noticia en la primera vuelta fue el 20 % de los votos alcanzados por el Frente Amplio de Beatriz Sánchez, que la ubicó en un tercer lugar y a las puertas de la segunda vuelta. A pesar de la victoria en el balotaje del derechista Sebastián Piñera, su gobierno se verá obligado a pactar con distintas fuerzas para llevar adelante las políticas.
El resultado de la izquierda chilena tiene aún más mérito en el país que se muestra como la vitrina del neoliberalismo en la región y donde la oposición política fue sistemáticamente diezmada por la dictadura militar del pasado siglo.
En Colombia, uno de los países más conservadores de la región, Gustavo Petro ganó un histórico segundo lugar en la primera vuelta de los comicios presidenciales y pasó al balotaje contra el candidato uribista, Iván Duque.
A pesar de que la maquinaria de la derecha colombiana funcionó y Duque obtuvo la victoria, los ocho millones de votos para Petro constituyen el mejor resultado de la izquierda en la historia de la nación andina, a pocos meses del paso a la vida civil de la guerrilla de las FARC.[5]
El Perú atraviesa una crisis sistemática cuyo menor problema es el agravioso caso de Odebrecht y la consiguiente renuncia del Presidente. Por ello, previsoramente están intentando cambiar las reglas electorales para dejar fuera a Verónica Guzmán, la representante de la izquierda peruana.[6]
El panorama anterior se completa con la victoria de las fuerzas bolivarianas en Venezuela y los seis millones de votos obtenidos para la reelección de Maduro, en un contexto de injerencia externa y a pesar de la guerra económica.
En Uruguay la izquierda no solo gobierna sino reina con una estabilidad sin precedentes en la región.
El rol paradójico de Donald Trump contra la derecha latinoamericana
En una ofensiva inédita contra las mismas políticas que impulso durante décadas, Estados Unidos exige la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), militariza la frontera con México y no tiene escrúpulo alguno en insultar a los inmigrantes latinos.
La agresividad en la relación con Venezuela, promoviendo un embargo petrolero y amenazando inclusive con intervenciones militares, es parte de la tradicional política norteamericana respecto a los regímenes que no sirven a sus intereses, pero la dureza con que esta tratando a sus países vasallos no deja de sorprender y desorientar a la derecha de América Latina, siempre tan dispuesta “a mover la cola por un hueso”.Los aranceles proteccionistas a diversos productos de exportación latinoamericanos esta afectando las economías y el proteccionismo se ha extendido a muchos otros países como respuesta al de los Estados Unidos. Así por ejemplo, “Estados Unidos impuso aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento al aluminio, lo que afecta directamente a los vasallos tradicionales de la región, tales como Brasil, Argentina y México.
Brasil, el segundo mayor proveedor de acero de Estados Unidos y el primero de acero semiacabado, materia prima para productos laminados, figura entre los más afectados.
Como consecuencia, Moody’s Analytics, una filial de la calificadora, está considerando rebajar su pronóstico para la expansión del producto interno bruto (PIB) de Brasil en 2018 entre el 1,6 y el 1,8 por ciento, debajo de la proyección original del 2 por ciento.
A su vez, la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile Lorena Oyarzún aseveró que Estados Unidos tiene una actitud “amenazante” y “descalificadora” con varios países latinoamericanos.
Según un sondeo publicado por la consultora estadounidense Gallup en marzo de 2018, solo el 16 por ciento de los latinoamericanos aprueba la gestión de Trump y sus políticas hacia el continente.
“Ante la política de ‘palo sí y zanahoria no’ de la Administración Trump, la región no tendrá otra alternativa que diversificar sus relaciones exteriores y acercarse a China”, concluyó Chen. [5]
Si todo fuera cuestión de cambiarse la camisa frente al nuevo amo, no habría gran problema para la derecha, siempre tan solicita hacia afuera. El problema es que todo su proyecto de neoliberalismo tardío (trasnochado) corresponde de forma simétrica con la estructura global de los 90 (de ahí el derrumbe de las “ideas” de Macri ante la realidad de un cuarto de siglo después: no hay “inversiones” ). Si en los 90 había un poco de zanahoria para no recibir palo, ahora es palo o palo. ¿Entonces que hacer con la gente? La represión llegara. Eso es seguro y ya ha mostrado los dientes en Brasil y Argentina. La cuestión de fondo es que no se puede lograr “gobernabilidad” a largo plazo solo con represión.
En caso de guerra comercial Pekín-Washington , los países de América Latina tendrán que prepararse para un “delicado ejercicio de equilibrio“[5] entre sus lazos tradicionales con Estados Unidos y los vínculos dinámicos y de rápido crecimiento con China. Según datos de la Cepal, ya durante 2017 China fue el país del mundo al que más crecieron las exportaciones de Latinoamérica, con un alza interanual del 23% en valor. Brasil, México, Chile, Perú y Argentina continuaron como principales socios comerciales de China en la región, con más del 70 % del volumen comercial total.[6]
La tienen difícil.
Una estrategia continental
" data-orig-size="800,800" sizes="(max-width: 756px) 100vw, 756px" aperture="aperture" />El retorno de la derecha en América LatinaLa “honradez” de la derecha y la “corrupción” de la izquierda
En los siglos venideros se contara sobre nuestra época una de las paradojas mas interesantes de la historia latinoamericana, pero no muchos, y tal vez nadie, entenderán, el porque. Se remitirán a lo incognoscible de “justos pagan por pecadores”. Pero nosotros si conocemos la verdad: los medios y sus ejércitos de trolls han arrasado América Latina con el cuentito de la “corrupción populista”, cuando los hechos muestran exactamente lo contrario. No es la primera vez que se utiliza la difamación calumniosa para destruir liderazgos populares en nuestra América. De hecho esta receta ya se utilizaba durante las guerras de la independencia contra el mismísimo Bolívar y otros patriotas.
Para citar solo un par de ejemplos. “Odebrecht”, el mayor caso de Corrupción transanacional de la historia latinoamericana, involucra a toda la derecha latinoamericana y a grandes sectores de su empresariado. De los ex presidentes enjuiciados por corrupción en Latinoamerica, veinte son neoliberales. Al frente solo esta Lula, encarcelado porque un juez de apellido Moro declara “estar convencido de que es culpable de corrupción, aunque no tenga pruebas”[3] (Sic! ).
Si estuviéramos hablando de fútbol, esta seria la mayor paliza histórica: ¡20-0!
¿Pero la izquierda latinoamericana ha sabido aprovechar esta situación mediaticamente? No. ¿La izquierda latinoamericana tuvo o tiene una estrategia comunicacional y formativa modernas? No . Atilio Boron, resume la experiencia de los gobiernos progresistas en la región así: “hemos creado consumidores, no ciudadanos“.
¿La izquierda latinoamericana puede aprender de sus errores y de los aciertos estratégicos de los enemigos de nuestros pueblos? Si.
Si, puede y debe.
¿Cuales son las diferencias con los 90?
A pesar del retroceso de la izquierda ,en la mayor parte de los países, esta tiene alrededor de la mitad del electorado hasta ahora, y en el peor de los casos un tercio del mismo. En los 90, después del derrumbe del muro de Berlin, prácticamente no existía como opción electoral.
La derecha gobernante no ha necesitado una década y media para desgastarse. En Argentina, dos años han sido suficiente para poner al país en ciernes de que se repita la ruptura del 2001 y el Brasil no encuentra como salir de su impasse. Ambos son dilemas irresolubles en el marco “pensante” de la derecha
Ahora, la izquierda posee la experiencia política de casi dos décadas de gobernanza… y de oposición.
La coyuntura actual
La coyuntura empieza a adquirir condiciones favorables, tanto en el contexto externo como en la maduración subjetiva interna de los países clave de América latina.
Ganara el que sepa impulsarlas y aprovecharlas o el que pueda neutralizarlas.
Hay un camino.
No es poco.
El caso de Bolivia
El BID pronostica que a “escala mundial en 2018 se crecerá un 3,9%. EstadosUnidos, 2,7%. Europa, 2,2% y América Latina y el Caribe, solo un 1,9%. En el caso de Bolivia, La tasa es del 4,7%,una de las tres tasas más altas de América Latina” [3]
En Nicaragua existe una situación similar en cuanto a crecimiento económico ( tasa del 4.4%, tercer país con mayor crecimiento económico en América Latina y el segundo de Centroamérica.) [4] , pero vean lo que esta pasando: un gobierno arrinconado. ¿Que significa esto? ¿Como comprender esta paradoja?
-Primero. Queda claro que la estabilidad y el progreso económico no equivalen a estabilidad política y profundización de la Revolución en la conciencia social. “Obras son amores” pero no votos, necesariamente. Hay otras variables que la Izquierda ignora, no entiende o ha subestimado . Es notorio que ciertas condiciones “no materiales” han cambiado, mientras las élites políticas siguen haciendo ecuaciones que ya no coinciden con la realidad,sobretodo en términos psicosociales
-Segundo No se necesita mas prueba de que las guarimbas venezolanas y nicaraguenses no responden a un supuesto “estado fallido”, ni en lo económico, ni en lo social, ni en lo político . Si no, ¿como explicar que en Nicaragua, que esta mejor que nunca en su historia, ocurra lo mismo que en Venezuela que atraviesa una de sus peores crisis?
-Tercero. Se necesita con urgencia reflexionar sobre las “ecuaciones” políticas y electorales y su relación con la realidad psicosocial para re adecuar objetivos políticos y modos de actuación estratégica. (Esto es valido para toda la izquierda latinoamericana) .
Desde el Referéndum y el montaje del “caso Zapata”, en Bolivia se ha ido introduciendo de forma muy eficaz una operación psicológica de gran amplitud y alcance a través de los medios de comunicación y las redes sociales destinada a erosionar al gobierno y eliminar la candidatura de Evo Morales. Los resultados de las elecciones judiciales, las movilizaciones en torno al Código Penal, el sabotaje a la demanda marítima antes y durante sesiones en la Haya, la actual protesta de la UPEA y otras acciones,dan cuenta de ello. El correlato esta en las encuestas. No hay dos tercios. No hay ni siquiera mayoría absoluta. ¿Que es lo que ha pasado y que cada vez mas se parece a Nicaragua y a Venezuela? (El cóctel Molotov arrojado a la policía , la cantaleta que nunca termina a pesar de esfuerzos del gobierno,etc.)
Hay un enorme “trabajo” subterráneo en las Redes Sociales que esta influenciando la percepción de grandes sectores de la población no politizada. No interesa que sean mentiras flagrantes, están calando… En otras palabras, se esta preparando el terreno para un estallido sorpresivo al estilo Nicaragua o en el “mejor” de los casos una sorpresa electoral. como ya ocurrió en Argentina. En síntesis, es el mismo problema de la izquierda latinoamericana: están subestimando o ignorando factores de la realidad que ya no responden a sus ecuaciones políticas y electorales, sobretodo en el ámbito comunicacional y formativo (Algunos elementos de juicio y análisis se encuentran en la sección Guerra digital del Blog )
¿Cuales son las ventajas de Bolivia frente a la izquierda latinoamericana?
Hemos visto la ingenuidad argentina previa a las elecciones y sus enormes problemas para articular la unidad desde la oposición hasta ahora. Hemos visto cuan fácil resulto desmantelar un estado construido durante 12 años y encadenar el país al FMI nuevamente. Hemos visto la pasividad de la población en Brasil ,en gran parte debido a la inoperancia del PT , frente a la quita de derechos, conquistas y proscripciones. Hemos visto a Venezuela cercada ,difamada y sus enormes dificultades. Estamos viendo como en Nicaragua están repitiendo el experimento de las guarimbas venezolanas y que somos los siguientes en la lista, mientras Correa ya esta designado para seguir los pasos de Lula a la Cárcel. Haber visto todo eso es una ventaja, pero no sirve de nada si en la dirección de la Revolución Boliviana no se sacan las pertinentes conclusiones. ¿Las han sacado?
La coyuntura empieza a adquirir condiciones favorables, tanto en el contexto externo como en la maduración subjetiva interna de los países clave de América latina. Bolivia tiene ademas la ventaja de la solidez económica, pero sobretodo la de haber sido espectador de los errores y desgracias sobrevenidas a nuestros hermanos y compañeros, sin ser afectados directamente.
Ganara el que sepa aprender de los errores propios y ajenos y aprovechar las nuevas oportunidades o sera derrotado por el que pueda neutralizar esas oportunidades y sacar provecho de la somnolencia o ignorancia del adversario.
En todo caso: hay un camino.
No es poco.
NOTAS
“La Argentina desendeudada que enviaba satélites al espacio, que pagaba las mejores jubilaciones y sueldos de látinoamerica, la Argentina que construía centrales nucleares ha sido transformada aceleradamente en una sociedad cuya pobreza alcanza al 48,1% de los niños, mientras que el 17,6% tiene déficit en sus comidas y un 8,5% pasó hambre durante 2017, según el informe de la UCA. Al otro lado de “la grieta”, la Argentina es un Edén fiscal que ocupa el quinto lugar del ranking mundial en la utilización de guaridas fiscales para ocultar patrimonios al fisco o canalizar dinero de la corrupción. Ya a mediados de 2017 la venta de autos de lujo creció un 80%”. [1]
“La geopolítica no cambia mucho. Sólo envejece”, solía repetir un viejo embajador argentino a los alumnos que querían ingresar a la carrera diplomática. La lección parece tener una actualidad inusitada, en medio de una nueva escalada de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos, producto de la negativa de la administración Trump de que China Mobile, el mayor operador de telefonía del planeta, opere en el país, y lesiona aún más la estrategia oficial de apertura al mundo del presidente Mauricio Macri, la cual fue inaugurada el año pasado en la conferencia de la OMC en Buenos Aires, donde el mandatario pidió “renovar el compromiso con el sistema multilateral de comercio”. Y es que la remozada “tercera posición” en materia económica se aleja cada vez mas de la realidad internacional, donde Argentina deberá optar con qué socio quedarse, en caso de que Beijing y Washington decidan separarse. Una decisión más que difícil para la Casa Rosada, ya que China y Estados Unidos suman entre las dos, y en casi igual proporción (8% cada una), el 16% de las exportaciones argentinas y superan el 15% de lo enviado a Brasil, nuestro principal y alicaído socio comercial.
“Brasil que en una década logro rescatar de la extrema pobreza a más de 36 millones de brasileños, reducir la mortalidad infantil en un 45%, disminuir el número de personas subalimentadas en un 82% y conseguir ser eliminado del mapa del hambre que la FAO elabora anualmente [2] ha pasado a tener el “honor” de meter a la carcel al autor de esas mejoras porque un juez de apellido Moro “esta convencido de que es culpable de corrupcion, aunque no tenga pruebas”[3] (Sic! )