La batalla de Alemania por ganar tiempo respecto a la crisis griega está provocando una enorme fuga de capitales en Grecia, España, Italia y Portugal. De los bancos griegos se han retirado más de 65 mil millones de euros desde el año 2009, y la fuga masiva de dinero se acelera cada día demostrando una total pérdida de confianza en la banca de estos países.
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