Se acercan las elecciones generales. La izquierda aún está a tiempo.

Según pasa el tiempo vamos observando los resultados de las encuestas sobre los posibles resultados en las próximas generales y se va configurando una fotografía que perfila lo que podría ser el escenario político el 21 de diciembre.

Ya sé que las encuestas son eso, encuestas. Yo no diría que siempre se equivocan, como mucha gente suele afirmar, al revés creo que en general dan tendencias muy reales (tendencias no afirmaciones), eso sí, teniendo en cuenta dos cuestiones fundamentales: Primero que estén hechas con rigor --el error no ha de sobrepasar el 3%, el nivel de confianza debe estar por encima del 95%, la muestra ha de ser totalmente aleatoria, la cocina debe ser objetiva, y debe tener otras variables técnicas que la hagan fiable--. Además, hay que situarlas en el momento justo. Esto es, son una fotografía de la fecha en la que se realizan, puede haber factores múltiples que hagan cambiar el resultado hasta el día de las elecciones.

Pues bien, con esas premisas sí que me gustaría opinar sobre la última que he visto, una encuesta en El País, realizada por Metroscopia, hace unos pocos días.

Los resultados son bastante similares a otras encuestas anteriores, realizadas antes de las elecciones catalanas, salvo en dos aspectos fundamentales: Una subida espectacular de Ciudadanos y una bajada estrepitosa de Podemos.

Consideremos lo ocurrido durante 2015. Se puede observar que el PSOE se ha mantenido (el 23,5%). El PP ha subido cuatro puntos (del 19,2% al 23,4% actual). Ciudadanos, que este año empezaba su andadura a nivel nacional, ha pasado del 8,1% al 21,5%. Podemos, que llegó a ser la primera fuerza en los tres primeros meses del año, ha pasado de un 28,2% a un 14,1%, mientras que IU se ha mantenido con pequeños vaivenes, pasando del 5,3% de enero al 5,6% actual.

La primera consideración es que han entrado en el escenario electoral un 5% más de electores. La abstención en enero era del 28,4% y ha pasado al 23% en octubre. Lo que refleja un interés mayor por la política.

La subida del PP viene después de una bajada estrepitosa en el segundo semestre de 2014, siendo enero el punto de inflexión, llevando cuatro meses estabilizados en un 23% de los votos. El PSOE, con altibajos, ha mantenido el mismo valor en octubre que en enero.

Izquierda Unida, a pesar de todo lo ocurrido, como el desmantelamiento de IUCM, que ha supuesto un buen golpe a su imagen, ha mantenido el tipo, estando durante 2015, entre el 4% y el 6,5%. El último valor de octubre es de un 5,6%

Los grandes cambios se han producido en las dos nuevas formaciones. Podemos, que existe desde hace dos años y Ciudadanos que ha dado el salto a la política nacional hace un año aproximadamente.

Ciudadanos se ha visto beneficiada por los resultados en Cataluña, algo muy reciente y que sin duda ha tenido que ver en la reacción del electorado. No parece que esta tendencia se pueda mantener, puesto que viene de un acontecimiento coyuntural, está recogiendo los rescoldos de unas elecciones plebiscitarias (aunque en la forma eran autonómicas) que poco se parecen a unas generales. Es bastante probable que este 21,5% sea el techo y que los próximos datos sean inferiores.

El caso de Podemos es distinto. Por desgracia, mantiene una tendencia negativa preocupante, con bajadas constantes desde noviembre pasado. Es algo más que un simple dato pues esta pérdida de votos denota una situación de decadencia que debería hacer pensar a sus dirigentes qué están haciendo mal y cómo corregirlo. Añadamos a esto, que Pablo Iglesias ha pasado de tener una calificación positiva a principios de este año, a estar a la cola, sólo superado negativamente por Rajoy.

Es importante ver cómo la derecha se ha rearmado con la llegada de Ciudadanos, que no deja de ser la marca blanca del PP, mientras que a la izquierda del PSOE, sólo se podría competir con las otras fuerzas si Podemos e Izquierda Unida fueran juntas a las elecciones. La suma de ambas ya daría casi un 20% y el beneficio añadido de esa unión podría provocar una subida mayor, lo que la igualaría con los otros partidos. Sería dar un golpe en la mesa importante, quizás el único que podría provocar que Ciudadanos no fuera, bien junto al PP o junto al PSOE, el partido decisivo. No olvidemos que Ciudadanos es de derecha y sus políticas no servirían sino para mantener un bipartidismo (ahora imperfecto) que no cambiaría la situación política ni económica.

Podemos debería reaccionar y apostar decididamente por la Unidad Popular, junto a Izquierda Unida y demás actores. Todo lo demás será beneficioso para el bipartidismo y para Ciudadanos y evitará que se produzca el cambio deseado. De no ser así, volverán, con pequeños matices, a gobernar los de siempre con sus políticas de siempre, beneficiando a los de siempre. Y habremos perdido la gran oportunidad. No nos quejemos luego.

Salud y República