El Washington Post ha escrito una editorial pidiendo el incremento de las presiones sobre Nicolás Maduro y Venezuela de cara a las próximas elecciones legislativas del 6D.
“Con la atención mundial en otros lugarles, Venezuela, un país de 26 millones de personas y con varias de las reservas mas grandes de petróleo, se encuentra en una espiral hacia un choque histórico. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, la producción económica bajará un 10% este año mientras que la inflación sube un 190%. La escasez de productos básicos es endémica, y la tasa de asesinatos – habiendose doblado en una década- es 18 veces mayor que la de los EEUU. Muchas figuras militares y del gobierno han sido vinculadas al tráfico de drogas y dos sobrinos del presidente Nicolás Maduro están detenidos en Nueva York acusados de tráfico de cocaina.
Los gobiernos extranjeros que observan esta implosión, y muchos venezolanos, esperan que las elecciones del 6 de diciembre a la Asamblea Nacional pueda proporcionar el inicio de una salida. El país mantiene un movimiento moderado de oposición que se ha unido en torno a un solo grupo. Con las encuestas dandolesuna ventaja de dos cifrasfrente al partido en el poder, la oposición cree que ganará la mayoría legislativa – y quizas la supermayoría necesaria para rescribir leyes básicas.
La cuestion no es si las elecciones serán libres y justas, ya se ha establecido que no lo serán. Una extraordinaria carta de 18 páginas enviada a las autoridades electorales por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, laboriosamente describe como. Entre otras cosas, figuras de alto calibre de la oposición (incluyendo al líder encarcelado, Leopoldo López) han sido inhabilitdos a presentarse; los distritos han sido tan retocados que el 52% de los electores, concentrados en areas favorables a la oposición elegirán solamente al 39% de los diputados; y un partido favorable al régimen, confeccionado con un nombre muy similar a la coalición de la oposición ha sido ccolocado junto a esta en la boleta.
Lo que no está claro si el señor Maduro recurrirá al fraude total o a la violencia para prevenir una victoria de la oposición – y si los EEUU y los vecinos de Venezula, tras años de tolerar la destrucción de su democracia, usarán su influencia para prevenirlo. El señor Maduro está apuntando a medidas extraordinarias; ha dicho que el régimen ganara “de todas formas” y ha mencionado que “gobernará con el pueblo” si no gana. Esto no sería nuevo. En el pasado, los gobernadores de estados de la oposición han sido privados de sus poderes y presupuestos, mientras los legisladores han sido perseguidos y atacados físicamente. Pero tal y como está el ánimo del público – el porcentaje de venezolanos que evaluan de forma positivia la situación del país ha caido a un solo dígito- esas tácticas podrían resultar en disturbios masivos.
Por esta razón es alentador ver la carta del Señor Almagro, un caso poco frencuente de un líder latinoamericano de alto nivel retando públicamente los abusos políticos de Venezuela. Otro ejemplo fue una carta a Maduro firmada por 157 legisladores de los EEUU, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica y Perú, incluyendo a 18 senadores de los EEUU. Elaborada por el senador por Maryland Ben Cardin, el texto rechaza la descalificación y encarcelamiento de los líderes de la oposición y hace un llamado a admitir observadores internacionales. El régimen ya ha rechadado el monitoreo de la OEA y de la Unión Europea.
Mas presión debe ser aplicada sobre el señor Maduro durante las próximas dos semanas, incluyendopor parte de la adminsitración de Obama. Si el voto es quebrantado, los EEUU y otros gobiernos deberían estar listos para responder con censura y sanciones.”
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