Foto: lacachava.net
Buenas tardes. Sí, sí, es aquí donde tenemos ese fondo de inversión tan novedoso y rentable. Pase y siéntese por favor que le informo. Usted sabe quienes somos ¿no?, Deutsche Bank, vamos, el banco más importante de Alemania, lo que nos deja en uno de los más potentes del mundo mundial, o sea que puede usted estar tranquilo, nuestra rentabilidad está garantizada y nuestra moral más.
Veamos, la cosa es sencilla. Usted dice cuánto quiere invertir, o apostar para que quede más claro y yo lo llevo a cabo. ¡Vamos allá! Le muestro algunas opciones. ¿Qué le parece este?, ¿que no dura un año más?, ¿se lo ha pensado usted bien? Sí, ya sé que tiene 84 pero está como un roble. No ha fumado nunca, bebe con moderación, aún camina un rato a diario y sus analíticas son impecables…, pero claro, es usted el que decide. ¿2.000 eurillos a que el vejete la palma entonces antes de un año? Pues nada, está hecho, ahora a cruzar los dedos, o a ponerle velas al santo o a lo que a usted le parezca que puede dar más resultado, que yo en las creencias religiosas de mi clientela no entro, ¡hasta ahí podíamos llegar!
Ante tamaña bajeza la mejor reflexión que he escuchado al respecto es la de ese mago de las ondas que es Javier Gallego en el programa ‘Carne Cruda’ de Radio 3 (Radio Nacional de España) el pasado 8 de febrero, cuyas palabras me permito copiar textualmente: “A mí se me ocurre apostar que el presidente de Deutsche Bank podría sufrir un tropiezo con la alfombra persa de su despacho y clavarse en pico de su mesa de caoba en el ojo, atravesándole la madera el cerebro pero sin provocarle aún la muerte que le sobrevendrá lentamente por el ahogo que le provocará su propio vómito de sangre del que nadie podrá salvarle porque hasta su secretaria tiene orden de no molestarle. También se me ocurre apostar que alguno de los directivos que aprobó este fondo podría llegar esta noche a su casa y encontrarse a su hijo penetrando a su mujer que gime estruendosa y gozosamente lo que le provocaría un ataque al corazón que no sería fulminante y que aún le daría tiempo a ver cómo su propia hija le apuñala por la espalda con la aguja que utiliza para pincharse heroína y poder robarle así dinero para una nueva dosis”. Chapeau amigo, es la respuesta que merece esta panda de malnacidos.
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