Revista Educación

Se admiten sugerencias

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Se admiten sugerencias

Se admiten sugerenciasHablaba ayer con un señor, vecino desde hace tiempo de lugar de trabajo, que me contaba que por primera vez en sus 76 años de vida no sabía qué estaba pasando y, en consecuencia, cómo actuar.

Este hombre, pongamos que se llama Salvador (en más de una ocasión eso ha sido para mí en momentos de apuro) me relataba una infancia que compartió con ocho hermanos. El más pequeño contaba seis meses cuando quedaron huérfanos en una España de posguerra en la que los crió su abuela y su hermana mayor porque su padre trabajaba a destajo para que pudieran, al menos, comer.

Salvador ha trabajado desde los 15 años y lo sigue haciendo, porque sus dos hijos están en paro de forma intermitente y porque, debe reconocerlo, le gusta su profesión y sería infeliz sin ejercerla. Ha sido testigo de penurias como el hambre o, incluso, el asesinato de familiares durante el franquismo. Salvador cuenta con orgullo como a pesar de las dificultades sus hijos y sus sobrinos tienen estudios universitarios (para una generación como la suya esto constituye un logro enorme) y eso justifica que lleve casi 60 años trabajando.

Mi vecino ayer me miraba desconcertado y me preguntaba qué había hecho mal y, lo peor, que en caso de que así fuera no sabía cómo enmendarlo. Me miraba con angustia y reflexionaba en voz alta llegando a la conclusión de que no había salida, de que por primera vez en su vida sus herramientas: el trabajo, la honestidad y el sacrificio no servían para nada. Y yo, la verdad, no fui capaz de devolverle un poco de apoyo en forma de palabras al menos, con todo lo que Salvador me ha aportado. Al margen de escuchar sus reflexiones no supe qué hacer o qué decir. Si se les ocurre algo les agradezco que lo compartan. Se admiten sugerencias.


Volver a la Portada de Logo Paperblog