Según el Panel Internacional para el Cambio Climático la emisión de gases de efecto invernadero en el mundo podría dividirse de la siguiente forma:
- Sector energético: 35%
- Agricultura y producción alimentaria: 25%
- Sector industrial: 21%
- Transporte: 14%
- Sector de la construcción: 6,4
La producción alimentaria necesita mucha energía: combustible para los tractores y el transporte, energía eléctrica para las máquinas, fábricas de producción de fertilizantes químicos, embalajes, manufactura y congelación.
Leer más sobre el futuro del transporte en Noruega.
La utilización de fertilizantes fomenta la acumulación de nitrógeno en la tierra, lo que provoca la emisión de óxido de nitrógeno -que es 298 veces más fuerte como gas de efecto invernadero que el dióxido de carbono.
Los gases provenientes de las defecaciones de los animales domésticos contienen metano, que es 25 veces más potente que el CO2. El metano también es liberado desde los arrozales y los depósitos contenedores de estiércol de las granjas.
Leer más sobre proyecto para la captura del metano en granja experimental noruega.
Un terreno apto para siembra captura menos CO2 que el bosque.
El drenaje de la tierra hace que el carbón se asocie al oxígeno, y de esta forma se crea el dióxido de carbono.
Por todas estas razones y como una propuesta para luchar contra el cambio climático reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero provocados por la agricultura, se habla desde hace tiempo y principalmente desde framtiden.no de comer menos carne o hacerse vegetariano. Ahora es forskning.no la publicación que se hace eco de estudios realizados en una universidad norteamericana que muestran que las perniciosas emisiones provocadas desde la agricultura van a aumentar en un 80% de cara al 2 050.
La propuesta es dejar de comer carne una vez a la semana. Además de luchar contra el cambio climático la ingesta de mayores cantidades de vegetales tiene efectos saludables para el cuerpo, disminuyendo el peligro de desarrollar diabetes II.
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Fuente: forskning.no