Revista Opinión

Se aproxima la Diada. ¿Como surgió?

Publicado el 08 septiembre 2014 por Manuhermon @manuhermon
Se acerca la Diada, el referente independentista, ¿en qué consiste, como surgió? Puede ser conveniente una pequeña introducción de en qué está basada, tomado de mi libro ‘Catalunya. Camino a la secesión’.
Siglos XVII y XVIII. Revolución en Cataluña, integración en Francia, Guerra de Sucesión. Y pérdida de libertades
Las notas que siguen se deben en gran parte al libro de Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’, Galaxia Gutenberg. Capítulo IV. Hasta los siglos XVI y XVII Cataluña tiene una historia en parte paralela a la de Castilla, un pasado medieval glorioso, que se rompe en el XVII por la decadencia moderna de la que siempre aparecerá como culpable el Estado español. En 1640 se produce una experiencia revolucionaria catalana y otra secesionista, -en el marco de la guerra con Francia, desde 1635-. La Guerra dels Segadors, primer gran enfrentamiento con la monarquía, sublevación, en el Corpus de Sangre 1640 mataron al virrey y se separan durante 11 años de la monarquía de Felipe IV, convirtiéndose en provincia francesa, con malos resultados evidentes al poco tiempo, el centralismo del poder francés era muy superior al que desplegaba el conde-duque de Olivares, y en 1652 once años después, se reencuentren con la monarquía española.
Los conflictos del contencioso castellano-catalán fueron entonces el político fiscal, la valoración del régimen foral y el lingüístico, realmente parecidos a los de hoy, identidad y economía son la base de muchas disputas en el transcurso de la vida. A los pocos años, en 1704 volvió el enfrentamiento en el marco de la guerra de Sucesión por el trono español entre las casas de Austria y Borbón. Nunca fue una guerra España-Cataluña. Los catalanes, fueron cambiantes en sus alianzas hacia los dos bandos, es cierto que en momentos apoyan al archiduque Carlos, Casa de Austria, frente a Felipe V, Borbón, el rey heredero según testamento de Carlos II, austracistas contra borbonistas. En contra de la pretendida unidad del pueblo, no se puede mantener que dicha postura de unidad existiera en sus apoyos y alianzas establemente, igual que sucederá en múltiples ocasiones las naciones, los pueblos, contienen pluralidad de intereses que aún conviviendo no son iguales, ni entonces, ni durante la guerra franquista, ni en el caso de una secesión actual puede creerse que el pueblo camine junto en la misma dirección, al contrario las rupturas internas se produjeron entonces igual que ocurrirá ahora.
Los catalanes inicialmente fueron borbónicos, como indican los elogios dedicados a Felipe V en visita a sus Cortes 1701/1702, se mantiene borbónica hasta 1704 resistiendo un ataque y sitio a Barcelona, cuando toman la ciudad, salen de ella 6.000 borbónicos. En 1705 se pasan al austriacismo, como toda la corona de Aragón.  Las Cortes 1705/1706 ratifican su posición austracista. A partir de 1707 tras la victoria borbónica en Almansa, Valencia y Aragón pierden sus fueros. Desde 1707 el austriacismo solo resiste en Cataluña y desde 1712, solo en Barcelona. El archiduque Carlos se va a Viena en 1711 para ejercer como emperador, y abandona la pretensión del trono de España. Así llega el drama de 1714, resistiendo contra franceses y españoles para defender a la casa de Austria que optó por el otro premio de emperador Cataluña se queda sola defendiendo lo que el pretendiente había abandonado. El 11 de septiembre de 1714 las tropas borbónicas entran en la ciudad de Barcelona, sitiada durante ocho meses y crean al héroe de referencia, Rafael Casanova, la figura de la fiesta nacional catalana. Interesante reflexión desmitificadora de Casanova, la aportada por Ricardo García Cárcel en ‘La herencia del pasado’, Galaxia Gutemberg, páginas 304 y siguientes.
Toda guerra perdida comporta costes, en este caso se realizan visibles transformaciones físicas en Barcelona, destrucción de barrios y construcciones militares, supresión de las constituciones catalanas, gobiernos militares, imposición del catastro, imposiciones culturales, y quedará para la iconografía del independentismo como la perdida de la libertad de Catalunya. A pesar de ello, olvidan que la Generalitat no fue suprimida por los borbónicos, previamente lo había sido por el Consell de Cent en pleno mandato austriacista. A partir de entonces los catalanes comerciantes austriascistas colaboran con los borbónicos, y colaboración militar entre unos y otros y política entre unos y otros… el desencanto estaba servido. Felipe V, con los decretos de Nueva Planta, desmantela fueros, cortes de los reinos, diputaciones, fiscalidad local, las reservas e naturalización que obligaban a dotarse de naturales entre los consejeros…cambia la monarquía descentralizadora de los Austrias y Reyes Católicos, e instaura el centralismo francés.
La Nueva Planta, las políticas de Felipe V, afectan al conjunto de España, no solo a los catalanes, en absoluto se trató de privilegios ganadores para el bando de los españoles que quitaran a los catalanes perdedores sus fueros, derechos, etc., en toda España desaparecieron las instituciones propias de cada reino, cortes, diputaciones, administración fiscal… desaparecen las reservas de naturalización, -limitación de nombramientos reales en cada territorio-. Un nuevo mundo, la Edad Moderna, emergía, la remodelación de nuevos equilibrios de poder, -entre otros dando paso a las burguesías-, cuyo aspecto de mayor calado es la intención de dotar a todos los súbditos de mismas reglas y mismos derechos, lo cual conlleva la idea de una sola monarquía. La centralización de poderes políticos, fiscales, judiciales y militares, culturales, comerciales y administrativos, avanzaba sobre la proliferación de normas y particularidades feudales y se extendía por Europa, en España esa opción de un solo estado la representaron los borbones e irá en aumento a partir de entonces, frente a comportamientos anteriores de los Austrias, tiempo en el que existen profusión de normas y poderes locales.
En todo caso, la aplicación de políticas centralizadoras típicamente europeas del momento, nunca fueron en España comparables a las aplicadas por los borbones en Francia, el poder político centralizado no ha tenido tanto peso aquí como allí, bien por respeto a prácticas locales o a las resistencias encontradas en toda la geografía nacional, producto de nuestras particularidades ‘’El recuerdo de las gloriosas independencias medievales renacerá periódicamente… La mezcla de religiones, costumbres morales y razas… Hecho más amenazador para la futura unidad, cuanto que se trata de una división que corresponde a tres temperamentos en los hombres y a tres direcciones naturales en la geografía: el Océano, las mesetas y el Mediterráneo’’ Piere Vilar.


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