Revista Cine

Se Baja el Telón: BT 219

Por Cartas A 1985 @AntonCruces

Pues aquí estamos. 219 programas después. Más sabios, más atractivos y con más peso (en todos los sentidos). 219 programas se dice pronto: doscientosdiecinueveprogramas 0,056 segundos.

Técnicamente no estuve en todos por una mala decisión arbitral que casi me cuesta el partido, pero apelé y al final volví al campo. Victorioso como la selección de Nepal en un Mundial.

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¿Qué decir del equipo el día que se baja el telón? Esa gente que hace posible que la televisión funcione.  Hay varias clases.

Regidor: Ser que se maneja con los números del 1 al 20 y le sobran tres. Es el león del plató, el que manda. Siempre con esa sonrisa que echaré de menos. De hecho mi despertador me avisa del nacimiento de un nuevo día con un: “Entramos en 5, 4, 3, 2…”

Sonido: Gente que procura que todo suene cuando debe y al volumen adecuado. Abren micros, cierran micros, sonorizan a a los invitados, mezclan los vídeos. Suelen tener buen pulso y, si tienen la suerte de trabajar en plató, le meten mano a los invitados con la excusa de colocarles el micro. Son bisexuales por naturaleza: les da igual tocar a los hombres que a las mujeres, pero con estas últimas se hacen los remolones. Despúes está el de la ambientación musical, que se sienta como Scarface en la mesa aquella llena de coca y tiene en la cara una expresión de “Aquí manda mi polla”. Pone las sintonías y al final del programa nos suele regalar un temazo.

Mantenimiento: Se dedican a joderme. Me ponen aparatos que no están bien del todo, que yo acabo de estropear para justificar su sueldo. Son superinteligentes por naturaleza, pero con el chaleco lo disimulan. La historia de Mc Gyver está basada en ellos. Con un destornillador y laca te hacen un cóctel molotov de alta gradación. Cuando caminan suenan como un loop de música electrónica de tantas arandelas que llevan en los bolsillos.

Realización: Realiza. Imagina que tienes un puzzle. Pues ellos son los que se encargan de que cada pieza esté en el lugar adecuado para que todo tenga un sentido. Nunca gritan o gritan para adentro. Cuando están a punto de estallar por los devenires del directo emiten un sonido que solo escuchan los editores, mezcladores y los perros. Hablan en un idioma especial que trasladan a su vida cotidiana fuera de los platós. En unos grandes almacenes pedirían así unos pantalones. ¿Tienes pantalones cortos con dúplex al 75%?  ¡Dependiente! ¡¡¡¿Estás dormido o que coño pasa?!!! Así no se puede salir de compras, joder.

Iluminación: On/Off. Depende del día que tenga. Consigue que todo brille y que te den ganas de tener esa iluminación en casa. Para ellos ir a IKEA es como ir a Disneyworld. Van por los pasillos como un perro de caza con tantas luces sueltas por ahí.

Producción: Son los camellos del medio. Todo lo consiguen. Como Morgan Freeman en “Cadena Perpetua”. Eso sí después te la guardan como Liam Nesson en “Venganza”. Hacen que todo encaje en el presupuesto y lo hacen bien.  A veces, hasta demasiado bien.

Editores: Artistas por naturaleza. Son capaces de hacer un vídeo buenísimo sin despeinarse, con elegancia. Así, de tacón. Flipan con Matrix y con Javi Rocha.

Redacción: Los redactores son la vidilla de la redacción. Nunca se quejan, salvo entre semana, que entonces sí. Sacan agua de las piedras si es necesario para llevaros la noticia a casa.

Jefes varios: Después están los jefes. Siempre comprensivos y eficientes. Cuando están callados. Grandes personas que han sabido capear mi carácter afable, bonachón y estable. Me quejo mucho de ellos, pero a veces pienso en jefes anteriores y me dan ganas de abrazarlos y decirles mientras les acarició el pelo, que nunca les dejaré marchar.

Limpieza: A pesar de que el medio audiovisual es de los más limpios (después de cirujanos, utilleros y taquilleros) las profesionales de la limpieza hacen su trabajo de forma impecable. Por lo general saben más de lo que se cuece que muchos altos cargos. Son como espías profesionales. Están sentadas leyendo el periódico al revés concentradas o pegan vasos de tubo para enterarse bien de la jarana. Si cuando las saludas bajan la vista y niegan con la cabeza…te puedes dar jodido.

Maquillaje, Peluquería, Vestuario: Van a la moda. Parecen sacados de UPA Dance. Pueden distinguir 18 tonos distintos de azul, 21 de blanco, 9 negros y 12 amarillos. Imprescindibles para tapar los defectos de los presentadores y explotar sus virtudes. En el plató parecen turistas japoneses. Siempre haciendo fotos.

Cámaras: Hay muchos tipos de cámaras. Activos, pasivos, despistados, paneadores, intensos, atractivos, opositores, hipsters, bonachones, gruñones…son como los enanitos de Blancanieves. Cada uno con su personalidad, siempre dispuestos a buscar ese plano correcto, ese paneo intenso…son la salsa de los directos.

Cocineros: Nutren con una dieta variada a todo el equipo. Responsables directos de mi aumento de peso. Hoy por ejemplo: brownie con fresa y nata. Claro. Esto de tal subidón de azúcar que parezco Pocholo en Fin de Año. De ahí este post.

Administración: Administran riqueza. En el mejor de los casos.

Ayudantes de producción: Los pongo de últimos por joder. ¿Que harían los redactores sin ellos? Mano de santo para los problemas que uno se puede encontrar durante un directo. Son como el personaje del Lobo de Pulp Fiction. Su trabajo es solucionar cosas. O sea, como mantenimiento, pero con resultados.

Control de cámaras: Aún estoy trabajando en esto, porque está encerrado en un cuarto con el de iluminación y prefiero no preguntar.

Jamardo: Jamardo

Guion: Mi trabajo debería ser sacarle punta a todo, pero no consigo hacerlo.

Espero volver a coincidir con todos vosotros. Me habéis regalado la mejor etapa profesional de este último año.
Salud hermanos.


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