Revista América Latina

Se busca chivo expiatorio

Publicado el 04 enero 2016 por Jmartoranoster

Maryclen Stelling.

La clara y dura derrota de candidatos y candidatas del gobierno en la contienda del 6D, ha generado reacciones diversas en el sector perdedor. Abordaremos una corriente de opinión que emerge de voces de izquierda comprometidas con el proyecto de país “bolivariano- socialista-chavista”. Hombres y mujeres que expresan abierta y honestamente su sentir y posición post electoral en artículos de opinión en medios y redes sociales. Superada la sorpresa inicial y en la procura de encontrarle sentido a los resultados electorales destaca una corriente analítica que, de manera homogénea, dota de sentido la derrota del 6D. En oposición al “héroe nacional” forjador de la revolución, se comienza a construir un “chivo expiatorio” quien cargará con la responsabilidad de la “debacle electoral”, expresará la culpa colectiva y en adelante será depositario de todo lo negativo e intolerable. Suerte de “falso culpable…elegido como sacrificable” para que retorne la esperanza y se recupere la “normalidad”. Del culpa´e Chávez opositor se pasa al culpa´e Maduro “chavista”. Se inicia un proceso demonizador que conduce a una rotulación perversa y al endoso de etiquetas radicales que convocan sanciones duras y castigos. Maduro, el hombre que no pega una, le falta carácter y poder de decisión. Megalómano que ha desatado un populismo exagerado. No aprende nada, se hace el sordo y también el mudo y, en desmedro de la voz del pueblo, sólo oye las razones que quiere y prefiere hacerle caso a “la cuerda de aduladores que le rodean”. Pare de mentir y hablar paja sobre la paz. No anuncie y juegue duro, “tan duro como jugaron ellos contra la revolución bolivariana”. Maduro el que nos hace sentir defraudados, engañados y traicionados. La violencia sacrificial surge cuando se está en un “callejón sin salida” y no se divisan alternativas. “Maduro: ¡Más de lo mismo o un nuevo Presidente!” Lo que se necesita es un líder con “las bolas bien puestas” que “se lleve por delante a amiguitos, familiares, conocidos, camaradas, compañeros y militares ineficientes, ineficaces, aprovechadores, desleales y corruptos”. “Se busca capitán para nave a punto de naufragio…por la indecisión del comandante de la misma”. Finalmente tiene lugar una deslegitimación grupal que ubica a personas amenazantes o traidoras en una categoría negativa. Tal es el caso de los “autocalificados hijos de Chávez”, señalados de decadentes y falsificadores, en la procura de sus intereses en desmedro de la revolución ¿Retornará la esperanza? Maryclen Stelling

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