Hace unos días publicaba un aviso en nuestro twitter y facebook donde mostraba esta imagen de “se busca”. Se trata de un juego en el que se busca al carácter “bigotes” en las fachadas de los edificios. Como algunos intuyeron se trata de las manchas en forma de bigote que aparecen en los laterales y partes bajas de los huecos, o allí donde por geometría y/o construcción, la fachada permite lavados diferenciales o aumentos de humedad.
Se puede ver más información sobre esto en trabajos como el artículo publicado en http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es © Consejo Superior de Investigaciones Científicas
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Cuando la carpintería de un hueco de ventana no está enrasada por su exterior, aparece en su alféizar un antepecho, de material más o menos impermeable que, entre otras funciones, tiene la de “escupir” el agua de lluvia hacia el exterior.
Su ejecución se suele materializar con una pieza plana, o un conjunto de ellas, con una inclinación hacia afuera más o menos pronunciada. Según dicha inclinación, el agua, en combinación con el viento tenderá a discurrir en diversas formas. Si la inclinación es importante (> 20 %) el agua saldrá, en cualquier caso, por el borde frontal del vierteaguas, y si éste tiene un vuelo adecuado y su correspondiente goterón, el funcionamiento será correcto y no se producirán churretones sucios ni limpios.
Sin embargo, si la inclinación es pobre (es, desgraciadamente, el caso más frecuente por “práctica habitual”) el agua de lluvia tenderá a discurrir por los bordes interiores del vierteaguas, yendo hacia las jambas del hueco, bien por tensión superficial, bien por presión del viento. El agua tenderá a salir del hueco por los laterales del vierteaguas, pegada a la fachada, con la consiguiente acumulación de escorrentía y, por tanto, la aparición de un lavado diferencial que provoca lo que el autor del artículo denomina “bigotes” que tanto afean la mayoría de las fachadas.
Se trata de un artículo bastante personal, donde el autor además de bautizar este fenómeno como “bigote” plantea dos soluciones:
Es éste un detalle que normalmente “no preocupa” cuando se diseña una ventana y que, sin embargo, tiene
una fácil solución, con múltiples variantes. Me permito indicar dos de ellas:
— Aumentar la inclinación del vierteaguas (por encima del 20 %).
— Crear lo que llamo una “huida a la jamba”, con el fin de facilitar la escorrentía por la parte central del vierteaguas, haciendo que éste tenga en los laterales una inclinación hacia el centro suficiente. Ello nos ayuda, además, a evitar posibles filtraciones por la junta casi horizontal entre jamba y vierteaguas.