Revista Insólito

Se cancela la generación de cristal

Publicado el 18 marzo 2021 por Belduque
Se cancela la generación de cristal

Es inevitable ver como esta nueva generación de adolescentes no sabe luchar o trabajar por lo que tiene, piensan que el quejarse, llorar y gritar es la solución a sus problemas, y que alguien llegará a hacerles la tarea que les corresponde a ellos, para luego ellos poder obtener los beneficios de esos trabajos. 

Están muy equivocados. En el 2018 varios analistas en temas sociales me comentaron que estas generaciones modernas, los millennials y los centennials, no saben luchar por sus objetivos, no saben luchar por sus metas y no están dejando ningún legado de provecho a las generaciones que sigan después de ellos.

Me comentaban que el mundo necesitaba algún tipo de crisis para poder recuperar la importancia y el valor del trabajo arduo y del esfuerzo continuo. Y que llega la pandemia a finales del 2019, de hecho todo el año 2020 fue de una lucha constante y tensión por sobrevivir ante el peligro de la infección del virus que ya todos conocen. 

Fue una crisis ideológica para muchos, porque, entre otras, cosas quedó demostrado que la fe a los temas espirituales o religiosos no servía para nada, el mito de lo divino se disolvió ante la abrumadora y corroborable evidencia de su ineficiencia ante un virus real. Las jornadas de oración mundial no sirvieron para nada, y ahí tenemos la prueba, desde los fanáticos hasta los más fieles cayeron ante la pandemia.   

Pero esta pandemia trajo otra epidemia, la del neo-oscurantismo, la de las ideologías de odio, la de la pereza, la de querer ya todo procesado y masticado, en donde no se tenga que luchar para conseguir las cosas, en donde lo que no nos guste, simplemente porque no nos gusta, puede ser desechado y cancelado. 

Es ridículo que esta generación ha preferido la “música” con contenidos basura en los medios de comunicación, en lugar de lo que sí es de beneficio cultural o ideológico para las personas. Las ideologías del rechazo brotaron como plaga de nuevo en las redes, infestando en su momento las calles de gente ignorante e inculta exigiendo que se respetara sus ideas. 

Como lo ha dicho Tito Salgado, el ateo promotor del pensamiento crítico, “se respeta a las personas, no a sus ideas”, y mucho menos si se trata de ideas ilógicas e irracionales. Es como los que querían que se “cancelara” a personajes de caricaturas porque, no que individuo inculto se le ocurrió opinar que era “machista” y “opresor” cuando se trata de un personaje romántico al grado de la idiotez. 

Pero prefieren a cantantes con letra basura en sus canciones que cosifica a la mujer en sus interpretaciones. Así de errados esta la mente joven hoy en día. O como las pseudo-feministas (fuerzas de choque pagadas por grupos políticos) que vandalizan negocios de inocentes y destruyen paradas de camiones sólo por causar caos. Eso no es feminismo, el feminismo auténtico no destruye, propone y construye. Y para saberlo no se necesita ser mujer, se necesita estudiar y revisar la historia. 

La generación débil o generación de cristal no esta haciendo nada para ganarse el mundo, todo lo contrario, está echando a perder lo que esta ya cimentado. Los grupos de poder de las ideologías del odio y del rechazo siempre echarán mano de las huestes de las juventudes ignorantes para hacer de las suyas, y la generación de cristal ha sido el mayor ejemplo de esa trampa. Un ejemplo de ello, el neo-fascismo va ganando fieles seguidores en todo el continente americano. 

¿Qué hicimos los Generación X para ganarnos el mundo? Aprendimos como funciona, y tratamos de optimizarlo, pero siempre hay grupos ajenos, de permanencia forzada en la sociedad, que siempre trataran que los sistemas basados en corrupción y opresión se mantenga, y se reciclen cada cierto tiempo, pues es parte de su negocio. 

Es patético tener que luchar de nuevo, que repetir de nuevo palabras a favor de la perspectiva de género que ya se habían dicho hace 30 años, es patético que la lucha por los derechos y libertades sigue estancada por esa generación que cree que su voz vale lo mismo que la de los que sí están bien informados. 

Pues no, todas las opiniones no tienen el mismo valor. Las únicas que deben ser tomadas en cuenta es la de los que sí tienen el conocimiento y la experiencia, no sólo porque tuvieron la iniciativa de opinar. La libertad de expresión es para servir y comunicar, no para esparcir bulos y mistificación. 

Y ahí le dejo, porque no va a faltar el que diga que este artículo está muy largo para leerse… 

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