El domingo, se levanta un momento la camiseta y ahí estaba la prueba. Todo el cuerpo lleno de granos. Pobrecillo, le pica muchísimo, y lo está llevando fenomenal. Yo aún me acuerdo cuando la sufrí, cuando tenía unos 14 años, que hacía primero de BUP y fue de las enfermedades más horribles que he tenido. Tocaré madera, he tenido pocas cosas. Lo típico, alguna gastroenteritis y el tema alergia, que muchas veces me deriva a conjuntivitis.
Pero estamos equipados. Kalamina, cristalmina, atarax... Que como nos hagan una redada en casa, ni el de Breaking Bad!
Así que el cumpleaños, nada de nada. Y no, no era ninguna excusa. Que puede sonar a ello, sí, no nos vamos a engañar. Pero con el tema de salud de los niños, mejor no jugamos, y bien, a este cumpleaños me apetecía ir, que este cuñado, aunque nos veamos poco, me cae bien. El otro, no.
Eso sí, mi pareja sí que fue, y Eric también, y por lo visto se lo pasó muy bien. Y lo más importante: trajeron un trozo de pastel y la bolsa de chuches.Pero ahí no acaba la cosa. Este inicio de semana, lunes y martes, me había cogido un par de días de vacaciones, para conciliar apañarnos con el tema vacaciones de semana santa escolares-trabajo, pero... vaya conciliación! En casa que nos hemos quedado. El niño está hasta los huevos de pintar. Sí que he salido a la calle con los dos, pero por el barrio, a dar una vueltecita para que se distraigan.