Hace 32 años Venezuela vivió uno de los momentos más oscuros de su historia contemporánea, protestas espontaneas, se convirtieron en destrozos y saqueos a gran escala en Miranda y Caracas, y se propagaron con menor escala a algunas poblaciones del interior del país.
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El gobierno de entonces ordenó la activación del Plan Ávila -el reestablecimiento por parte del ejército- del orden público. Los destrozos causados por los robos y saqueos en comercios y edificaciones fueron enormes. Los dueños de esos negocios, pequeños y medianos, nunca fueron indemnizados
La fuerza militar impuso el orden con la pérdida de muchas vidas humanas. El saldo oficial, anunciado por el Ministerio Público, fue de 600 personas muertas durante estos sucesos. Muchos de esas casos, se llevaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1991 por organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Con información de France 24