De acuerdo al último estudio del Centro Nacional de Francia de Investigación Científica, ubicado en París, una nueva clase de mosquito de la que hasta ahora no se sabía de su existencia podría afectar negativamente en la trasmisión y el control de la enfermedad de la malaria.
Los análisis, publicados en la revista “Science” y llevados a cabo por Michelle Riehle, responsable científica del centro de investigación, se han realizado en Burkina Faso por un espacio de cuatro años, y han servido para descubrir lo que se ha bautizado como “Anopheles gambiae”, subespecie de mosquito y que hasta ahora no se encontraba en anteriores recopilatorios.
Los científicos se sirvieron de varios estanques de agua para recolectar distintos tipos de mosquitos, estanques muy próximos a asentamientos humanos y que por tanto albergaban gran cantidad de insectos.
De hecho, los encargados del estudio han comentado que muchos de estos nuevos mosquitos transmisores de la malaria también se encontraban en el interior de la mayoría de casas de la gente sin recursos, colectivo que en África padece en gran medida las consecuencias de esta y otras enfermedades.
También se recalcó que los típicos insecticidas no funcionan bien en los hogares de las familias africanas, y es que la cantidad de insectos es tan grande que un simple tóxico ambiental no puede combatirlos eficazmente.
Así, los investigadores creen que buena parte de las trasmisiones de malaria, entre otras enfermedades, se producen en el propio hogar doméstico, hecho muy habitual en las sociedades menos avanzadas.
Respecto al mosquito en cuestión, los autores del estudio creen que su evolución podría ser bastante reciente y que una forma para luchar contra esa plaga sería la recolección de ejemplares adultos que provengan del medio natural, para investigar y revisar así otros aspectos que puedan contribuir a mejorar la prevención y el control de este tipo de insecto.