Durante la crisis ha habido una explosión de anuncios que publicitaban todo tipo de cirugía estética low cost, en algunos casos con precios "disparatadamente bajos", según el Dr. Griffiths, cirujano de injertos capilares afincado en Madrid. El Dr. Griffiths afirma que "lo que estamos viendo ahora es el resultado de esta clase de ofertas y, por desgracia, muchos pacientes han descubierto que low cost también significa reducción de la calidad o, incluso, de los estándares de seguridad. Casi todas las semanas veo en mi consulta personas que se quejan de los malos resultados de los injertos capilares a bajo coste".
A algunos, lo peor que les ha pasado es que tienen mucho menos pelo del que les habían prometido: "eso es algo que se puede arreglar", afirma. Sin embargo, también se está viendo mucha gente con problemas más graves, como exceso de cicatrices o implantes muy poco naturales, que tienen peor solución. El problema de los injertos capilares es que, si se hacen mal, no hay manera de ocultarlos, a no ser que sea "llevando la cabeza cubierta todo el día".
El doctor aconseja a los interesados en hacerse un injerto capilar o cualquier otro tipo de intervención de cirugía estética que no se pregunten “¿Cuánto cuesta?” sino “¿Cuánto vale?”. Al hacer una compra importante, normalmente se tiene una idea de lo que debería costar el producto. Si se acude a varios establecimientos, a veces es posible encontrar ofertas y conseguirlo un poco más barato. "No obstante, si se ve que alguien lo vende a la mitad o, incluso, a un tercio del precio habitual, lo normal es pararse a pensar y preguntarse por qué. Entonces, ¿por qué no vamos a ser igual de precavidos en lo que afecta a nuestra salud, que es mucho más importante?", reflexiona el doctor.
Hay que investigar un poco y consultar en varias clínicas con buena reputación para hacerse una idea general de lo que implica la intervención quirúrgica y de su coste. "Si alguien ofrece la misma cirugía con un descuento increíble, hay que intentar descubrir cómo pueden estar ahorrándose esa parte. Quizá el personal tenga menos experiencia, quizá empleen instrumental más barato o lo reutilicen, etc. Estos interrogantes son los que deberíamos plantear", comenta.
También resulta preocupante otra cuestión: la creciente tendencia a intentar ahorrar haciéndose la cirugía estética en el extranjero. "Esto es un problema, sobre todo, con países ajenos a la UE, que pueden tener una normativa menos estricta en cuanto a la formación del personal sanitario, los estándares de higiene o las inspecciones y concesiones de clínicas", explica el doctor.
En España, allí donde se realizan intervenciones quirúrgicas estéticas, suele ofrecerse a los pacientes una serie de consultas de seguimiento para monitorizar su progreso y recuperación. Si surgen problemas, pueden contactar fácilmente con el cirujano responsable de la intervención y obtener asistencia. El Dr. Griffiths comenta que "también hemos visto un montón de pacientes con problemas que, tras hacerse un injerto capilar en el extranjero, no han podido contactar con su cirujano una vez de vuelta en España. Además, en caso de que puedan establecer contacto, les resulta imposible volver a viajar para hacerse el seguimiento debido al gasto que supone. El motivo inicial por el que la gente sale fuera es, precisamente, que no dispone de mucho dinero”.
Para concluir, "no se apresure a la hora de tomar una decisión. Si está interesado en hacerse un injerto capilar, lo más probable es que lleve varios años perdiendo cabello. Así pues, evite tantas prisas, no tiene que reservar momento y lugar para su injerto capilar esta misma semana. Tómese su tiempo, infórmese bien y elija con cuidado", aconseja Griffiths.