Revista Educación

Se equivocó la cigüeña

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Cristina vive en Collado Villalba y sueña con tener un apartamentito cerca del mismísimo Kremlin. Patricia también es de Madrid, de Torrejón, pero se siente hindú. Lo sabe todo, lo ha leído todo, lo ha escuchado todo de ese país. Gustavo, un colombiano de Medellín, tirado pal ante, y buena gente, se enamoró de Bulgaria, y no por una mujer. Aprendió el idioma que sólo hablan 7 millones de personas en el mundo, que tampoco son tantas, se pagó los viajes con su exiguo sueldo. Y todo por amor. A Carlos, una vallisoletano seco pero de corazón blandito, le daba un poco igual, pero se le quedaba pequeña la ciudad. Y se fue a El Salvador, y allí se quedó. Irene es chicha-chicha, dice cotufas y adora la calle San José en Carnavales, pero descubrió Senegal. El mar de Senegal. Y ya no pudo volver. Mi chica dice que está feliz de haber nacido aquí, pero se siente de otro lado. Yo no la entiendo, pero veo cómo lo vive, cómo habla de su país de fantasía, donde le gustaría estar y crear su ciudad. Ya no pregunto, sólo le sonrío y me digo que a lo mejor hay personas a las que la cigüeña las dejó en lugar equivocado. Y que luchan por volver a casa.

Mi chica dice que su casa está en el mar con siete puertas. Que seguirá allí. Pero que mientras quiere tocar otras realidades, otras lluvias y otros mares. Y lo quiere hacer conmigo.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog