Cuando eres niño ni te imaginas (ni te planteas) que pueda haber una sola situación en la que decir lo que piensas no fuera apropiado. Mucho menos cuando tienes la seguridad de que estás en lo cierto frente a un discurso incorrecto. Pero es en esa etapa de tu vida en la que alguien tiene que hacerse cargo de que aprendas qué es incorrecto y qué no.
Una tarde de colegio, de esas en las que el calor y la humedad me hacían parecer la niña del exorcista, comenzaban las actividades extraescolares y, no sé si era yo que me gustaba todo, o si a mis padres les gustaba que me tuvieran entretenida, que no atardecía ni un día sentada en el sofá de casa. Voley, baloncesto, rítmica, bailes de salón,… hasta ¡manualidades! Pues aquella misma tarde que empezaba a recortar tiras de papel charol, el único niño que había en el curso me dijo: “Shei, pásame las estijeras”. Fruncí el ceño y saqué papada en un gesto de asombro y extrañeza (para acabar ya con mi imagen) pero no le dije nada. “A lo mejor se puede decir así”, pensé.
“¿Se puede decir estijeras, mami?”, fue lo primero que le dije al entrar en casa y ella, siempre preocupada más por la pinta que yo llevaba, contestó mientras me quitaba los zapatos para la ducha “estijeras es lo que te hace falta a ti pa’ esos pelos”.
Supongo que, a pesar de su respuesta, le quedó sonando mi pregunta y al día siguiente, sin venir a cue
![Se escribiría zuidad 20151011101119_IMG_7359-01](http://m1.paperblog.com/i/341/3412222/escribiria-zuidad-L-poYrrc.jpeg)
Con los años, cada vez lo hago menos. Ahora que ya no soy una niña, me tengo que callar a veces para no ser inoportuna y nadie sabe lo que aguanto en ciertos entornos, y no hablo de estar en presencia de ancianos campesinos ni cabreros, sino de cargos políticos. Pero ¿dónde estaban sus madres y sus profesores? ¿Cómo que la zuidad de Santa Cruz? (que se escribiría así, ¿no?) ¿Cómo que nadien va a decidir por el pueblo?
Por favor, señores (a lo que no me atrevo a enviar un mensaje privado porque me da más vergüenza a mí), ya que son los más que hablan o, al menos, a los más que se escucha, no lo hagan mal. Con los asesores que tienen ya podrían esforzarse, al menos por los niños, que las metátesis estas tienen un peligro que no se intuye y ya vieron lo que nos pasó con las almóndigas o las toballas.