Me acabo de enterar. Y me ha sorprendido. Te recuerdo fuerte, como esos viejos árboles. Pero el caso es que te has marchado, rápido, prematuramente, despacio por la puerta de atrás. Como siempre has hecho las cosas, en silencio, a una hora intempestiva.
Labordeta, fuiste profesor, cantautor, luchador antifranquista, diputado, presentador de un programa de televisión famoso. Escribiste veinticuatro libros, decenas de canciones, pero siempre demostraste ser uno de los nuestros, un hombre del pueblo.
La mayor popularidad te llegó cuando presentaste el programa en la tele: Un país en la mochila. Un programa en el que, con un estilo sencillo y pausado, recorrimos contigo gran parte de este país.
En tu tiempo de diputado, tú mismo decías que no te encontrabas a gusto, que no te gustaban esas formalidades, sin embargo fuiste un soplo de aire del pueblo en ese edificio tan formal. Te quejabas de que la derechona pretendía vacilarte y que cuando bajabas para intervenir te preguntaba por “tu mochila”, y otras gracias. Y en una ocasión, cabreado por el comportamiento de la bancada derechista, les pusiste en su sitio: