Efectivamente: la insulina, además de emplearse para tratar la diabetes y sus complicaciones como la cetoacidosis diabética, fue usada en los años 40 y 50 para tratar la esquizofrenia.
Sí, habéis leído bien. La hormona se inyectaba en grandes dosis para provocar un coma hipoglucémico diario durante seis días a la semana en ciclos de unos dos meses. Estos comas, que duraban aproximadamente una hora cada uno, se prolongaban lo que el psiquiatra estimaba oportuno, inyectando glucosa para revertirlo.
Supuestamente, con esta práctica de dudosa utilidad se conseguía que la esquizofrenia remitiera hasta en un 80% de los casos pero, afortunadamente, dejó de utilizarse hace décadas.
"¿Se ha usado la insulina para algo más que para tratar la diabetes?" fue publicado originalmente el 19 de diciembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.