Revista Cultura y Ocio
En ocasiones me siento algo cansada, desencantada, y llego a preguntarme para qué seguir escribiendo cuando no recibo respuesta de las editoriales, cuando descubro mis libros pirateados en mil páginas ilegales, cuando compruebo que cada vez se vende menos en Amazon (otrora el paraíso de los autores independientes), y sé que no está en mi mano cambiar nada de todo eso.
Pero de pronto caigo en la cuenta de que apenas
llevo cinco años dedicándome a esto de la literatura a tiempo completo y no me ha ido tan mal: tengo cinco libros publicados, el sexto a punto de publicarse y estoy escribiendo el séptimo. Y durante todo este tiempo he disfrutado mucho de mi trabajo, tanto del que hago en solitario cuando estoy escribiendo como del que realizo cara al público, ya sea en presentaciones, charlas, talleres de escritura, etc.
Mi libro de viajes, Nepal cerca de las estrellas, sigue en pleno apogeo con presentaciones recientes y futuras y nuevos eventos en perspectiva para los próximos meses; en junio saldrá al mercado la traducción al alemán de Habana Jazz Club, y en agosto la traducción al inglés; y Nunca fuimos a Katmandú todavía puede dar alguna agradable sorpresa...
Se hace camino al andar.
Por otra parte, a veces me pregunto qué haría si no escribiera, y mi mente se queda en blanco, me invade el pánico, y decido que no puedo hacer otra cosa que seguir escribiendo.
Al andar, se hace camino, y en él estamos. Llegar a algún sitio, poco importa, lo realmente importante es caminar y disfrutar del viaje.