Imagen: dieselogasolina.com
La crisis sigue dejándonos titulares y noticias que no nos extrañan en absoluto, al menos a mí. La última hace referencia al incremento de fraudes a las aseguradoras. Nada más y nada menos que un 30% ha sido el incremento experimentado por las compañías de seguros en los dos últimos años según los datos de lucha contra el fraude de Zurich Seguros (www.zurich.es).
Pero ustedes que seguro que conocen alguna historia estarán pensando que esto no es algo nuevo y que se lleva haciendo desde que el trabajador es trabajador y desde que la empresa es empresa. Como fue el caso de Juanito Lete, que se partió una mano en el trabajo y el seguro de la empresa le estuvo pagando durante 6 años. Y es que Juanito consiguió un trabajo extra, de pintor a domicilio, y cada vez que tenía que realizar un trabajo se quitaba el yeso y cuando tenía que pasar por la mutua, se lo volvía a poner, pudiendo cobrar así por duplicado.
O el caso de Domingo Madós, que se tiraba encima de los coches para que estos le pagaran con su seguro los daños causados. Y así estuvo durante años. Tanto fue el éxito que cosechó con sus fraudes automovilísticos que ahora tiene unas muletas chapadas en oro y dos costillas de platino.
Pero quizá en estos dos últimos años, el incremento real que han sufrido las aseguradoras y los intentos a la hora de timarlas ha sido en el sector empresarial, ya que han sido muchos los defraudadores que en vistas de lo mal que van sus negocios, han optado por inventarse robos en sus comercios, quemado sus tiendas y colisionado con sus vehículos de transporte para poder sacarle algo a las compañías de seguros.
Tal fue el caso de Mariano Dabauna, que al ver que su negocio no levantaba cabeza, decidió auto robar en el, depositando toda la mercancía en el furgón de su empresa y prenderle fuego al local. Cuando llamó a su seguro, mientras escapaba del lugar, para informar de lo sucedido, se despistó y chocó contra un coche de policía que, al ver las llamas se dirigía al lugar. ¿Por qué se despistó Mariano?, se preguntarán; Pues porque al denunciar el incendio, la joven de la aseguradora le dijo que su póliza, había vencido hacía 2 días.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…