A muchas personas les cuesta comprender realmente el sistema en el que viven, pero yo sé lo que es la sociedad de clases. Lejos de mi deseo está caer en la demonización, pero cuando se escucha decir que las diferencias sociales son cosa del pasado, que ahora todos vivimos en la flemática clase media, con comodidades que nuestros abuelos solo soñaron, no deja de atacarme cierta sensación paliativa. Como si me muriera... Tales afirmaciones vienen de boca de gente desclasada y desideologizada, o de voces conscientes de su estatus que, sencillamente, quieren ahondar en que su opulencia social se prolongue indefinidamente. ¿De verdad puede pensar alguien que acceder a un Iphone que pagará durante dos años a plazos elimina la desigualdad social, la sociedad de clases?
No me tengo por el caso más extremo, ni por asomo, pero conozco lo que es pertenecer al escalafón bajo de la sociedad. Yo sé lo que es la sociedad de clases, y hay gente que lo sabe mejor y peor..., por ejemplo el casi millón de madrileños que viven por bajo el umbral de la pobreza. ¿Hay gente debajo de mí? Por supuesto, igual que hay mucha más por encima: si a un profesor de universidad le colocamos en las clases altas, ¿dónde ponemos a Lo que es impepinable es que hay situaciones a las que unas clases pueden hacer frente de manera mucho menos angustiosa que otras. Si el desclasado medio afirma -otro mantra neoliberal pernicioso- que la igualdad es imposible, supongo que se referirá a la igualdad económica, material; cierto, es difícil, pero no imposible. Lo que es más fácil, sin embargo, es construir una eficaz igualdad de oportunidades.
Ejemplos.
Yo sé lo que es la sociedad de clases, porque sé lo que significa querer encontrar trabajo y no hacerlo, por más que busques y dejes currículos en cualquier tipo de empresa (independientemente de lo que hayas estudiado), incluso, en muchas ocasiones, quitando del mismo tus estudios superiores y reseñando solo el bachillerato. Sé lo que es querer ampliar estudios con un doctorado o un máster, tener el dinero para hacerlo, pero que se te pase la oportunidad porque ese año no se convoca y en años siguientes ya no tienes el dinero para poder cursarlo, que necesitabas para otras cosas como vestirte o pagar recibos.
Yo sé lo que es la sociedad de clases, porque sé lo que significa ver que tu hermano no es capaz de curarse sus crueles adicciones en una clínica a la primera vez, y después no puede volver a una si no es pagando una cifra desorbitada o hasta dentro de un tiempo indefinido que imponen -por obligación numérica- las instituciones médicas y sociales. También tengo experiencia en la sociedad de clases porque sé lo que significa tener un padre al que puede quedarle poco tiempo de vida, y no tener dinero para colmar los que pueden ser sus últimos deseos, ni tampoco para calmar a ese hijo con adicciones que perturba la paz familiar, y tener que andar detrás de camellos para amenazarles o decirles que no se les puede pagar. Asimismo, sé lo que es la sociedad de clases cuando tu hermana te dice que está dispuesta a endeudarse con 10000 € para poder alcanzar la maternidad, y darle un nieto a tu padre antes de que, tal vez, muera, ya que el Estado solo sufraga el primer intento. Del mismo modo, sé lo que es la sociedad de clases cuando la misma psicóloga te confirma que una visita al mes es poco, pero que no puede hacer más...
Yo sé lo que es la sociedad de clases porque se me hace obvio cuando veo jóvenes en paro, insensibles a su origen, que se tragan el gran spot del capitalismo: ese que dice que si eres bueno realmente, si consigues méritos, la recompensa llegará por sí sola, mientras los que defienden el capitalismo los ven como quinquis, o como basura... El gran spot del capitalismo que se olvida de que sus hijos no necesitan de ningún mérito para poder realizar un máster cuando quieran, para encontrar cualquier trabajo que venga financiado por las prácticas que sus padres les pagaron en cualquier país y empresa del mundo. El gran spot capitalista que tiene dinero para todo y encima quiere reducir el gasto destinado a los que tienen dinero para lo justo.
El Estado, o cualquier otra forma de organización de la sociedad, puede hacer mucho por la igualdad de oportunidades, pero vivimos en un sistema de clases dominado por unas clases, y mientras unas engordan, las otras adelgazan. Aunque todos sepamos lo que es vivir en una sociedad de clases, los hijos de Bill Gates conocen la ventaja que tendrán a la hora de emprender la vida. Sé lo que es la sociedad de clases porque la vivo, y por eso no necesitaría leer a Marx.
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