Visto lo visto en mi última salida a la calle, ya sé lo que no quiero para mí y en el fondo no creo que no haya muchos que lo quieran. Como decía Alborán: “No quiero verme solo”… Ni de broma quiero estar sola los años que me quedan y los que son solteros convencidos: ¿A quién quieren convencer de su vida perfecta?
Yo sigo pensando que nos negamos a la evidencia de que “nadie quiere estar solo” (otra cosa es que las circunstancias te lo impongan o que resulte difícil encontrar a esa pareja) pues la vida y todo lo que consigamos en ella no tiene sentido si no podemos compartirlo con alguien (ya sean los triunfos o las penas).
Este fin de semana tenía una cena con amigas y como de comer marisco se trataba, no me lo quise perder… ¡Vamos, faltaría más! ¡Que por algo soy gallega!
Terminada la cena, nos pusimos a debatir sobre dónde tomar la primera copa (y la única de la noche… visto el ambiente) y como mis compañeros que son un poco (bastante) más “maduros” que yo, tenían ganas de divertirse y conocer gente, pues alguien propuso la idea de ir a un local en el que se celebraba una fiesta de “singles” (tuerca y tornillo) ¡Pues si, a más de uno les faltaba la “tornillería completa”!)
Pues bien, allá que me fui con ellos sin ninguna motivación que echarme unas risas y lo que acabé es casi llorando de la pena.
Una vez que llegamos al local, me sentí totalmente fuera de lugar, lo primero por la franja de edad (entre 45 y 60) y lo segundo por la sensación de soledad que se respiraba en el ambiente. Además de resultar tremendamente obvio lo que los asistentes habían ido a buscar (no me refiero necesariamente al sexo).
Por un momento me imaginé a mi misma dentro de 15 años, vestida como una veinteañera, con mi grupo de amigas buscando en la noche a la compañía perfecta. ¡Dios mío…fue una visión reveladora! Me niego en rotundo a que mi vida sea esa…Vamos que no, que me hago lesbiana o lo que sea… Pero no quiero ser yo la que se ponga “el uniforme de guerra” para ver si consigo cazar con 50 lo que no he cazado con 30 o con 40.
No sé lo que quiero ¿Quién lo sabe a ciencia cierta? Pero sé lo que no quiero… y no quiero comportarme como una adolescente cuando por edad podría ser abuela.
Y no voy a criticar a esas personas porque es lícito y natural divertirse y buscar una pareja. Lo que critico es la hipocresía social en la que vivimos. Los hombres se burlan de las mujeres cuando tienen 20 o 30 y después van por la pista de baile “como pollos sin cabeza” buscando compañera… ¡Anda ya! ¡Si las rechazaste a los 30 y ahora vienes a buscar de nuevo y en peores condiciones algo que ya podrías haber tenido hace 15 o 20 años!
También están los que no buscaban la soltería en la madurez pero por circunstancias ajenas o propias la vida les ha hecho estar de nuevo en el “mercado de la noche” y tienen que empezar de cero la búsqueda de pareja.
Pues me da rabia, me da una rabia tremenda, que hombres o mujeres que se han separado o divorciado (me refiero a los que no se conformaron con aquello que tenían) porque creían que habían hecho una mala elección, podían permitirse el lujo de con 40 o 50 encontrar a la persona correcta.
¿Cuánto dura el amor? ¿Cuánto dura la convivencia perfecta? Las relaciones se transforman y no se siente lo mismo cuando eres recién casado que cuando ya han pasado 20 años de convivencia. Pues hay muchos/muchas que se cansan de lo que tienen y deciden volver al terreno de juego… ¡Pero a segunda división! ¡La champions league de la noche es para otro prototipo de parejas! Y de repente se encuentran buscando desesperadamente a una persona que los cuide, los quiera y los entienda.
A fin de cuentas si tienes dinero y no puedes compartir tu riqueza, si tienes un buen triunfo y nadie para celebrar contigo lo que sea, si tienes amor y no existe una persona a quién puedas abrazar cuando lo necesites y quieras ¿Qué sentido tienen entonces tus riquezas, tus triunfos o cualquier cosa que poseas?
En mi opinión (muy pero que muy personal) estar solo/sola es una mierda…Aunque los psicólogos nos digan que es necesario el “desapego”, el aprender a vivir con uno mismo y esas cosas que nos venden para que no nos sintamos “bichos raros” en esta sociedad en la que (como dice un amigo) el divorcio se ha convertido en el “deporte olímpico” por excelencia.
Que sí, que hay que aceptarse y aprender a vivir solo… Pero no vendamos humo: La soledad no es buena (al menos en grandes dosis y para el resto de tus días) La pareja tiene un papel que nadie puede ocupar, ni los hijos ni la familia lo llenan.
Por eso os digo que sé lo que no quiero… Quizás no tenga claro si rubio o moreno, si de 1,80 o con 1,75 es suficiente, si será madrileño, valenciano o de la “estratosfera”, pero sé que no me gustaría sentirme fuera de lugar y actuando como una adolescente a los 50…
Que puede que algunos sí aprendan a convivir con el silencio, con la soledad y no necesiten ni abrazos, ni mimos, ni cariño ni pareja… Aquí la Rubita tiene claro que no quiere como compañera a la oscura soledad, aunque de momento parece que lo bueno se hará esperar.