
Edén (Eden, Francia. 2014), de Mia Hansen-Love. El cuarto largometraje de la también crítica de cine Hansen-Love es la cruel crónica de vida de un aspirante a DJ (Félix de Givry) que nunca logra dar el estirón al que tanto aspira. Es claro que el pobre diablo no tiene el talento que él quisiera, pero no puede -¿o no quiere?- hacer otra cosa. Mi crítica en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Amar, Beber y Cantar (Aimer, Boire et Chanter, Francia, 2014), de Alain Resnais. La última película del gran Resnais, presentada en Berlín 2014 días antes de su muerte, resulta ser una grácil despedida en tono menor.Sobre una pieza teatral del británico Alan Ayckbourn -de quien Resnais adaptó antes con mayor fortuna Smoking/No Smoking (1993) y Pasiones Privadas en Lugares Públicos (2006)-, he aquí que, en la campiña inglesa -aunque todo mundo hable en francés, faltaba más- tres matrimonios reciben la noticia que el entrañable camarada de todos ellos, George Riley -que nunca aparece en pantalla- está a punto de morir por un cáncer terminal.Para mantenerlo ocupado y unido a ellos, los seis amigos -todo ellos actores habituales de Resnais, sin faltar la musa/esposa Sabine Azéma- deciden involucrar a George en la pieza teatral que están ensayando, lo que lleva a una serie de encuentros/desencuentros entre todos, pues resulta que las tres mujeres -una de ellas su exmujer- han tenido sus quereres con el carismático pero inasible Riley, para consternación de los tres hombres.Como es costumbre en el cine de Resnais, el director de Mi Tío de América (1980) -acaso mi cinta preferida de él- se muestra igual de interesado en las cuitas de sus personajes que en el planteamiento formal de la puesta en imágenes, que nunca esconde su teatralidad sino que, por el contrario, juega con ello. O mejor aún: lo presume con toda gracia. Con todo desenfado.