Revista Cine
Guten Tag, Ramón (México-Alemania, 2013), de Jorge Ramírez-Suárez. Idílica fantasía migrante que se beneficia de una simpática interpretación de Krystian Ferrer. Se deja ver con extrema facilidad. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Gran Piano (Grand Piano, España, 2013), de Eugenio Mira. El tercer largometraje del valenciano Eugenio Mira -inéditas en México The Birthday (2004) y Agnosia (2010)- es un implausible pero bien ejecutado thriller que podía haber sido dirigido por el Brian de Palma de los años 80. El virtuoso pianista Tom Selznick (Elijah Wood), recién salido de un forzado retiro de 5 años después de sufrir un ataque de pánico al intentar ejecutar cierta "pieza intocable" de su fallecido mentor, vuelve a los escenarios en Chicago a tocar frente a un ansioso público que quiere volver a ver al que alguna vez fue considerado "el nuevo Rachmaninoff". Sin embargo, al empezar el programa respectivo, Selznick es amenazado, primero vía telefónica y luego a través de un audífono: si no ejecuta a la perfección cierta maldita "pieza intocable" -"La Cinquette", de su mentor Patrick Godureaux-, el invisible tipo que le habla desde algún lugar en el teatro, lo matará a él y, antes, a su preciosa mujer actriz (Kerry Bishé), que está en ese mismo concierto. Así pues, Selznick tiene que tocar a la perfección la susodicha pieza no sólo para recuperar la confianza en sí mismo, sino para salvar la vida de su esposa y su propio pellejo. Y es claro que el misterioso villano (voz y luego presencia de John Cusack) no está bromeando, pues Selznick comprueba muy pronto que el misterioso tipo está dispuesto, en efecto, a escabecharse en quien se interponga en su camino. Aunque la razón para que el psicópata de marras tenga apuntando un arma a la humanidad de Selznick resulta ser bastante vulgar -el cochino dinero, como siempre-, la verdad es que esa justiticación no funciona más que como el inevitable McGuffin argumental para que el director Mira y su muy profesional equipo -el cinefotógrafo Unax Mendía, el editor José Luis Romeu y el actor protagónico Elijah Wood, muy convincente en su papel de pianista acorralado en un gran escenario teatral- nos entreguen un compulsivamente visible thriller que, además, tiene la virtud que ni siquiera llega a la hora y media de duración. Lo decente, si es breve, resulta doblemente decente.