Revista Cine
Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLVI y CCLVII
Publicado el 28 octubre 2013 por Diezmartinez
Dos semanas en una, pues estuve bastante ocupado en Morelia 2013. Como sigue:
Gravedad (Gravity, EU, 2013), de Alfonso Cuarón. Todavía no me recupero totalmente de la emoción causada por este espectáculo hollywoodense de primer nivel. Sin duda, por lo menos desde esta atalaya, el mejor blockbuster gringo del año y por mucho. Espero tener tiempo para volver a él con calma.
El Hombre de Hielo (The Iceman, EU, 2012), de Ariel Vromen. Un intenso Michael Shannon interpreta a un auténtico matarife de la mafia que se escabechó más de cien cristianos. La cinta está bien producida y el reparto es notable -Chris Evans, desprovisto de traje de superhéroe, está irreconocible-, pero el guión escrito por el propio cineasta se pierde en divagaciones. Escribí una nota crítica para Primera Fila del Reforma del 18 de octubre.
Desde Muy Muy Atrás (The Way Way Back, EU, 2013), de Nat Faxon y Jim Rash. Una convencional pero muy bien hechecita -y mejor actuada- comedia de crecimiento juvenil con un solitario adolescente (Liam James, el hijo de la detective workhólica de la cancelada teleserie gringa The Killing) madurando en las típica vacaciones playeras, al lado de su mamá divorciada (Toni Collette) y su futuro padrastro ojete (Steve Carrell). Sam Rockwell, en un papel secundario, se roba la película entera. Mi crítica, en el Primera Fila del Reforma del 18 de octubre.
Malaventura (México, 2011), de Michel Lipkes. A casi dos años de su presentación en el FICUNAM 2011, he aquí el modesto estreno de la opera prima de Lipkes. Escribí de ella hace rato por acá.
Gebo y la Sombra (O Gebo e a Sombra, Portugal-Francia, 2012), de Manoel de Oliveira. El más reciente largometraje del centenario de Oliveira fue exhibido hace un año en la 54 Muestra Internacional de Cine. Por aquí rescataré un texto alusivo a esta cinta en los próximos días.
Camille Claudel 1915 (Ídem, Francia, 1915), de Bruno Dumont. La Pasión de Juliette Binoche: la gran actriz francesa está impresionante como la artista plástica del título, enviada a un manicomio por su propio hermano, el poeta católico Paul Claudel (Jean-Luc Vincent). Tratándose de Dumont, esto no es exactamente la biopic típica de la famosa estudiante/amante de Rodin. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Adore, la Piel del Deseo (Adore, Australia-Francia, 2013), de Anne Fontaine. Churrazo telenovelero que no lo salva ni las buenas actuaciones de Naomi Watts y Robin Wright. Mi nota crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Besos de Azúcar (México, 2013), de Carlos Cuarón. Estamos ante otra visión/versión más de Romeo y Julieta -escalada por el balcón incluida- o, si quiere una referencia más cercana, otroAmar Te Duele(Sariñana, 2002), nomás que musicalizada con Beethoven. El resultado es una muy irregular cinta juvenil/romática en la que el treceañero Nacho (César Kansino), que vende piratería y porno en el puesto de su abusivo padrastro Joao (Enrique Arreola, muy en su papel), se enamora de la niña de su edad Mayra (Daniela Arce), que es la hija de una temible lideresa de vendedores ambulantes. Al final de cuentas, la diferencia entre los dos es de estatus económico, porque social y culturalmente, Nacho y Mayra tienen ausencia de padre, una madre que no los atiende y hermanos que son una molestia -o una fuente de abuso sexual, como en el caso de Mayra.
La película es un batidillo de gratuidades, desperdicios, oportunidades perdidas y referencias cinefílicas: gratuidad de habla escatológica (¿quién insulta en México de la forma que lo hacen los personajes de Cuarón?), la premisa de la conquista por el baile se deja caer a las primeras de cambio, abundan los personajes que no aportan gran cosa (Hector Jiménez, tan gracioso como desperdiciado), hay guiños cinefílicos por aquí y por allá (que si Los Cuatrocientos Golpes, que si Butch Cassidy) y, para rizar el rizo, una broma pa' uno de los Charolastras, pues el perfume con el que se quiere aromatizar un horrendo colchón meado se llama "Gael García for Men". Qué cosas.
Amaneceres Oxidados (México, 2010), de Diego Cohen. Varios años tarde llega el estreno de la opera prima de Cohen. La verdad, bien se pudieron haber tardado otros años más, pues la película es muy fallida. Alejandro (Armando Hernández), un joven discapacitado físico (¿y también mental?, ¿tiene retraso?, ¿es obsesivo-compulsivo?, ¿o solo tiene una muy leve parálisis cerebral?: sepa la bola) trabaja en un supermercado de quinta, dirigido por el amable Hernán (Ari Brickman). Ahí, un buen día, entra a trabajar la preciosa Andrea (Ximena Romo) que, inexplicablemente, se interesa por el tímido, excéntrico e inarticulado Alejandro.
El filme presume una muy controlada puesta en imágenes -elegantes travellings laterales, buen manejo del encuadre horizontal abierto, tomas extendidas bien ejecutadas-, un reparto cumplidor -por ahí aparece el fallecido Alán Chavez en el papel del hermano menor de Alejandro-, pero el guión es un desastre. Si la primera hora podía funcionar como una minimalista historia de amor cotidiano, la última media hora todo se va al traste, pues el Cohen guionista no sabe qué hacer con sus personajes.
Somos lo que Hay (We Are What We Are, EU, 2013), de Jim Mickle. La historia original de Jorge Michel Grau es trasladada a algún lugar de la América profunda, en un pueblito asolado por el mal tiempo y las inundaciones. En el bosque viven los Parker, una familia solitaria -papá, mamá, dos hijas, un niño pequeño- que cada año cumple con un rito ancestral de canibalismo. Si en la cinta mexicana homónima iniciaba con la muerte del patriarca, aquí vemos la muerte accidental de la mamá, lo que provoca que la hija mayor, Iris (Ambyr Childers), sea la responsable de seguir la tradición, pues entre los Parker la encargada de dirigir el "sacrificio" de cada año es la mujer de mayor edad.
La cinta se beneficia por el convincente retrato que hace del fanatismo religioso en el que descansa todo el asunto del canibalismo, el reparto está excelente y Mickle logra algunos momentos bastante asquerosos algo que, tratándose del género, es un elogio. Hacia el final tengo la sensación que a Mickle y a su coguionista Nick Damici se le van las cabras al monte, pero esto no echa a perder por completo una satisfactoria película de horror.
La Gloria de las Prostitutas (The Whore's Glory: a Tryptich, Alemania-Austria, 2011), de Michael Glawogger. Presentada en el pasado Foro de la Cineteca, escribí largo y tendido de ella por acá.