Revista Cine
Las Horas Contigo (México, 2014), de Catalina Aguilar Mastretta. Premiada con el FIPRESCI en Guadalajara 2014 y por unanimidad -me consta: fui miembro del jurado- finalmente tiene su corrida comercial este sólido melodrama femenino escrito y dirigido por la debutante Aguilar Mastretta. Mi crítica, en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Leviatán (Leviafan, Rusia, 2014), de Andrey Zvyagintsev. Otra película premiada en un festival del que fui jurado FIPRESCI, en concreto, en Palm Springs 2015. El cuarto largometraje de Zvyagintsev es una fatalista crónica de la corrupción política y religiosa -y corrupción a secas- en la Rusia de Putin y, de alguna manera, en la Rusia de siempre. La historia está centrada en los inútiles esfuerzos de un pobre mecánico (Aleksey Serebryakov), quien quiere evitar que el corruptazo alcalde del lugar (Roman Madyanov, impresionante) se quede con sus tierras, que se encuentran a la orilla del mar de Barents, al norte de Rusia. Para ello, le pide ayuda a un viejo compañero del ejército (Vladimir Vdovichenkov), que ahora es un influyente abogado en Moscú.A diferencia de sus anteriores filmes, en Leviatán Zvyagintsev deja que se cuele un chocarrero sentido del humor -esas escenas del juzgado, en el que una juez lee una disposición legal a mil por hora, esas prácticas de tiro con retratos de los líderes rusos de Lenin a Yeltsin- que, de cualquier forma, no aligera en nada esta oscura visión de la naturaleza humana y de la vida misma que, como dijera el pesimista (¿o realista?) Hobbes en su clásico "Leviatán" (1651), es solitaria, pobre, brutal y corta.
En el Bosque (Into the Woods, EU-GB-Canadá, 2014), de Rob Marshall. Debo confesar que estuve a punto de abandonar la película faltando 40 minutos para que finalizara: a esas alturas, ya estaba harto de la monotonía musical de Stephen Sondheim -sí, ya sé, sus fans dicen que es un genio: ok, que lo metan en una botella y la tiren al mar- y de las obvias canciones sin mucho chiste escritas por James Lapine. Pero en la última parte -que, hasta donde entiendo, en la obra musical de Broadway de 1987 es todo el segundo acto- la historia toma vuelo y las varias ideas sueltas que hemos visto a lo largo del filme confluyen en algo más que la obvia reflexión brechtiana: los personajes de En el Bosque se dan cuenta que pueden llegar al "happy-end" añorado, pero que esto no significa que sean felices. La vida en el mundo real es complicada: hay alegrías, sí, pero también fracasos, decepciones, muertes, traición. ¿Hay algo peor que desear algo y obtenerlo?: sí, desear algo, obtenerlo y no estar satisfecho. De eso trata, en el fondo, En el Bosque.El guión de Lapine -mismo autor de la obra musical de los 80- entrecruza cuatro historias clásicas infantiles -La Cenicienta, Caperucita Roja, Jack y las Habichuelas Gigantes, y Rapunzel- y agrega otra más, la de un Panadero (James Corden) y su Esposa (Emily Blunt), quienes para poder vencer la maldición de una malvada bruja (Meryl en su gustado papel de Streep), que los ha condenado a no tener hijos, tienen que cumplir una tarea (casi) imposible en solo tres noches.Ignoro cómo será la obra musical en vivo y a todo color, pero esta adaptación fílmica no me entusiasmó en lo absoluto, pues no hay una sola canción que se quede en la memoria, no hay una sola coreografía que merezca llamarse así y aunque acepto que no todo es una desgracia -Miss Blunt demuestra que sigue siendo insumergible; el número en el que dos Príncipes Encantadores (Chris Pine y Billy Magnussen) presumen quién sufre más es gracioso; Johnny Depp es inquietante como un Lobo Feroz pedófilo, pachuco y tintanesco, enfundado en un perfecto Zoot Suit-, la realidad es que estuve a punto de abandonar la película en más de una ocasión.
Leí en un reciente Sight and Sound que la obra de Sondheim es un gusto adquirido. Defensa más bien pobre pero, en todo caso, si es así, ni hablar: ese gusto no lo adquirí.
El Código Enigma (The Imitation Game, EU-GB, 2014), de Morten Tyldum. Otra oscareable cinta estrenada en la temporada ad-hoc. Aunque debo decir que esta biopic me resultó más meritoria que la otra biopic sobre otro científico británico (Hawking in Love). Mañana, aquí mismo, mi crítica in extenso.