Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLXXVII

Costa da Morte (Ídem, España, 2013), de Lois Patiño. La opera prima de Patiño ha merecido un insólito estreno cultural el mismo fin de semana en el que ha ganado el Puma de Plata a Mejor Película en el FICUNAM 2014. No pude ver casi nada de la competencia internacional -me concentré más bien en revisar el cine mexicano-, pero Costa da Morte no tiene por qué avergonzar a ningún jurado de ningún festival. Es decir, la decisión parece más que razonable.Estamos ante un documental contemplativo filmado en estrictos planos generales -algunos más o menos cercanos, otros en los que la identidad humana se convierte en un punto en la pantalla-, en los que una treintena de habitantes de Costa da Morte, Galicia, hablan de ese pueblo, de sus trabajos, de sus recuerdos, de sus leyendas, de sus historias. La cámara del propio Patiño, colocada a la distancia, nos muestra lo mismo el trabajo cotidiano -la recolección de ostiones, la pesca, la chamba en el aserradero- que algunas pachangas -una colorida feria, un picnic con música en vivo-, mientras los habitantes conversan entre sí todo el tiempo, como suelen hacerlo las personas que tienen toda la vida conociéndose. La coherencia formal de la cinta es notable: a los ya mencionados planos alejados -algunos de ellos arrobadores en su belleza- se contraponen los diálogos, escuchados como si las personas no estuvieran a cientos de metros de distancia, sino a unos pasos de la cámara. Así, la lejanía de la visión en la que los seres humanos forman parte del paisaje contrasta con la cercanía de sus pláticas, confesiones y cuitas. Aunque no vemos nunca los rostros de esas gentes que viven en el extremo noroeste de Galicia, nos sentimos muy cercanos a ellas. Ese es el logro, no menor, del debutante Patiño.
La Gran Belleza (La Grande Bellezza, Italia-Francia, 2013), de Paolo Sorrentino. Escribí de la recién ganadora del Oscar 2014 a Mejor Película en Idioma Extranjero por acá y hace rato.
Línea de Fuego (Homefront, EU, 2013), de Gary Fleder. El héroe es un cuico retirado (Jason Statham sin tratar de ocultar su acento inglés), el villano es un cinicazo dealer de metanfetaminas (James Franco) y el reparto femenino secundario (Kate Bosworth y ¿Winona Ryder?) es de primera. Básicamente una B-movie ochentera en la década equivocada. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.