Revista Cine
Un Día Menos (México, 2009), de Dariela Ludlow. Vista en Guadalajara 2010 y exhibida en el FICM 2011 finalmente se estrena -en un par de salas alternas de la Cineteca: en el Cine Lido y en The Movie Company- Un Día Menos, opera prima documental de la egresada del CCC Dariela Ludlow. El documental está centrado en los abuelos de la cineasta, el casi centenario Emeterio Deloya y su esposa de nomás 84 primaveras Carmen Cortés. Ya no anoté en su momento pero lo repito: cuando revisé este sencillo pero emotivo filme en Guadalajara 2010, terminé de verlo con un nudo en la garganta. Es fácil caer en la trama sentimental que nos tiende Ludlow, quien nos muestra, en poco más de una hora de duración, la vida cotidiana de este matrimonio de 62 años que no hacen otra cosa más que discutir, divagar, reír y pelear incansablemente, un día sí y otro también. Ese interminable ping-pong verbal entre los viejitos, esa visita casi épica al Seguro Social, esa visita multitudinaria de toda la familia que llega a Acapulco en vísperas de Año Nuevo, me remitió a mi infancia y a mis abuelos: a Doña Luz, a Don Alberto. Esos ancianos que nos muestra Ludlow terminan siendo, aunque sea por unos momentos, nuestros padres, nuestros abuelos y, si tenemos la suerte de vivir lo suficiente, a lo mejor seremos también nosotros.Ojalá.
Drive: el Escape (Drive, EU, 2011), de Nicholas Winding Refn. Ya que pretendo escribir largo y tendido de esta cinta, no voy a anotar más que un juicio previo. Con todo y lo derivativa que resulta -de Driver, el Conductor; de Shane, el Desconocido; del cine de los ochenta con tecnopop incluido-, la cinta no carece de interés, aunque sea como un notable ejercicio genérico. Pero, ¿obra maestra? No lo creo. En todo caso, Winding Refn ha estado más cerca de realizar eso en Pusher 3.
Poder y Traición (The Ides of March, EU, 2011), de George Clooney. El candidato demócrata perfecto -articulado, liberal, progresista- puede ganar la interna y catapultarse a la Casa Blanca, pero un previsible escándalo sexual se le atraviesa en el camino. La novedad del cuarto largometraje de Clooney es que la cinta no trata del candidato Mike Morris -bien interpretado por el propio cineasta- sino de quienes lo rodean: su paranoico jefe de campaña (Philip Seymour Hoffman), el jefe de campaña del candidato demócrata rival (espléndido Paul Giamatti) y, especialmente, el joven e idealista jefe de prensa de Morris (Ryan Gosling), que quiere creer -que tiene que creer- que su candidato es el mejor. El título en inglés nos indica que es tiempo de traiciones. Pero la traición no viene de donde la esperamos. Mi crítica en el Primera Fila de Reforma.