Revista Cine

Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXIII y CCXXIV

Publicado el 14 marzo 2013 por Diezmartinez
Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXIII y CCXXIV


Después de dos semanas de no poder revisar como se debe la cartelera comercial y cinetequera -gracias al FICUNAM 2013 y a Guadalajara 2013- he aquí una incompleta lista de lo que se estrenó en estos dos últimos viernes y lo que he alcanzado a ver desde entonces. Nota Perfecta (Pitch Perfect, EU, 2012), de Jason Moore. Honestamente, no tenía idea de que hubiera competiciones universitarias de canto a capella, pero este es el universo cómico-dramático-musical de la opera prima del especialista Jason Moore, nominado al Tony 2004 como Mejor Director de Musical. La película se beneficia de un reparto juvenil intachable, diálogos graciosos y un dinámico montaje fossiano de Lisa Zeno Churgin.  Fausto (Faust, Rusia, 2011), de Alexander Sokurov. Estamos ante la última parte de una serie que ha explorado los excesos del poder totalitario: Moloch (1999), sobre Hitler; Telets (2001), sobre Lenin; y Solntse (2005), sobre Hirohito. Sin embargo, en esta cuarta parte, en lugar de tomar algún otro personaje histórico (¿dónde quedaron Stalin, Mao, Fidel?), Sokurov optó por la exploración alegórico-literaria.  Así, el poder que busca el alquimista, profesor y médico Fausto (Johannes Zeiler) no es el político. Él quiere algo más inmediato. Por ejemplo, una noche con una bellísima mujer que parece haber salido de un cuadro de Vermeer (Isolda Dychauk). Para ello, no tendrá empacho en vender su alma a un excéntrico demonio, tan frágil como siniestro (Anton Adasinsky, hipnótico). Hace un momento mencioné a Vermeer. Quedan otros nombres pendientes: la puesta en imágenes creada por Sokurov con la ayuda del cinefotógrafo Bruno Delbonnel abreva directamente de muchos de los más grandes pintores flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII: el primer plano vermeeriano de la señorita Dychauk, la casa en el bosque como pintada por Herri met de Bles, interiores de David Teniers, rostros de Adrien Brouwer. El terrorismo visual no conoce descanso y qué bueno que así sea. Sólo así resiste uno el exceso de diálogos y la opacidad narrativa de una cinta que termina siendo (¡herejía, herejía!) un irritante capricho. Metal y Hueso (De Rouille et D’Os, Francia, 2012), de Jacques Audiard. En su más reciente cinta, pareciera que el maestro Audiard ha desenterrado la historia de algún sublime filme griffithiano con todo y salvación de último minuto. Este melodrama desatado presume una gran actuación de Marion Cotillard que, con este trabajo, hace que le perdonemos el ridículo que hizo en Batman 3. Mi crítica en el Primera Fila del 1 de marzo del diario Reforma. Las Sufragistas (México, 2012), de Ana Cruz. Este largometraje documental, visto en Morelia 2012,  es la perfecta pieza de acompañamiento de otro documental, La Revolución de los Alcatraces (Kaplan, 2012), pues las dos cintas tratan más o menos el mismo tema: la lucha de la indígena zapoteca Eufrosina Cruz Mendoza por reivindicar el derecho a votar y ser votada en el interior de su comunidad, que le negaba ese derecho a todas las mujeres alegando "usos y costumbres". 


En lo personal, me quedo con este documental de Cruz, pues ubica la lucha de Eufrosina en un contexto histórico y político más amplio, ya que a través de la voz en off narrativa de la propia cineasta y los extendidos testimonios de historiadoras -Ana Laura Jaiven, Gabriela Cano, Enrique Tuñón-, políticas en activo -Beatriz Paredes, Rosario Robles, Ivonne Ortega, Amalia García y nada menos que Michelle Bachelet-, políticas retiradas -Dulce María Sauri- y otras personalidades más- la periodista Enriqueta Cabrera, la encuestadora recientemente fallecida María de las Heras-, se nos entrega una puntillosa crónica sobre la lucha de las mujeres por sus derechos políticos, iniciada en México desde la discusión en el Congreso Constituyente de 1917. 
Oz, el Poderoso (Oz the Great and Powerful, EU, 2012), de Sam Raimi. No veo el desastre por ninguna parte  en esta excentricidad dirigida por Raimi. En todo caso, se trata de otra encendida apología del mundo de los sueños, es decir, del cine mismo como máquina de escapes, engaños y fantasías. Habrá que volver a esta película en los próximos días. 
Los Mejores Temas (México-Canadá-Holanda, 2012), de Nicolás Pereda. En la cinta más reciente de Pereda -en merecer estreno, aclaro, porque se acaba de presentar otra película más de él, Matar Extraños (2013), en el FICUNAM- el sempiterno padre que no ha aparecido por ningún lado en las anteriores películas del cineasta chilango-canadiense, regresa a la casa para pedir perdón, pedir posada y, como no quiere la cosa, pedir apoyo para iniciar un negocio. ¿Son los mismos Gabino  (Gabino Rodríguez) y Teresa (Teresa Sánchez) de Verano de Goliat (2010)?: es casi seguro que no, aunque sí podrían ser la misma madre y el mismo hijo del díptico Juntos-Perpetuum Mobile (ambas de 2009). Después de todo, por ahí aparecen el amigo borrachales Paco (Francisco Barreiro) y la fiel novia Luisa (Luisa Pardo). Como es costumbre en el cine de Pereda, estamos en un terreno pantanoso en el que los modos de producción -ficción, documental, detrás de las cámaras- se (con)funden. Submarino (Ídem, Dinamarca-Suecia, 2010), de Thomas Vinterberg. Programada en la 52 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Mi crítica, acá. 


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