Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXIV

Guerra fría (Zimna wojna, Polonia-Francia-2018, 2018), de Pawel Pawlikowsky. El más reciente largometraje del consolidado cineasta polaco internacionalizado Pawlikowsky es una compacta y absorbente historia de amour-fou con la magnética presencia de Joanna Kulig en el centro del encuadre. Mi crítica in extenso por acá.
Un asunto de familia (Manbiki kazozu, Japón, 2018), de Hirokazu Koreeda. La película ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2018 representa el retorno de Koreeda a los temas que lo han hecho famoso en occidente: las complejas dinámicas familiares. Otra obra mayor de Koreeda. 
La boda de mi mejor amigo (México, 2019), de Celso García. Un remake no cuadro por cuadro pero sí escena por escena de la exitosa comedia romántica de 1997 protagonizada por Julia Roberts. ¿Quiere saber qué canción se usa en la famosa escena del restaurante? Lea por acá.
Atrás hay relámpagos (Costa Rica-México, 2017), de Julio Hernández Cordón. El sexto largometraje de Hernández Cordón -previo a Cómprame un revólver (2018), que permanece inédito comercialmente en nuestro país, aunque se pudo ver en Los Cabos 2018- tiene a su favor las agradables presencias de sus actrices protagónicas, Adriana Álvarez y Natalia Arias, un escenario cinematográfico relativamente exótico -San José, Costa Rica- y la familiaridad del espacio dramático desarrollado, centrado en la amistad de dos jovencitas que cruzan las calles de Costa Rica en sendas bicicletas cross. La puesta en imágenes de Nicolás Wong es atractiva y hay momentos en el filme que valen la pena individualmente, gracias a la afortunada conjunción del carisma de las muchachas, el ágil encuadre en el que aparecen y la música que las acompaña.El problema es que la brevísima película de Hernández Cordón -82 minutos con todo y créditos- carece de conflicto alguno y si hay algún descubrimiento -digamos, un cadáver que aparece en la cajuela de un viejo BMW propiedad de la abuela de Soledad (Álvarez)-, todo terminará en un callejón sin salida dramático. Aunque nunca deja de provocar interés -en parte, insisto, por el escenario y sus actrices-, la película se siente como un ejercicio de estilo sin terminar. 
Para mantener con vida este blog, puede donar en el oxxo más cercano a la cuenta BANAMEX 5206-9490-2888-5191 o acá abajito, a través de paypal: