Revista Cine
Berberian Sound Studio: La Inquisición del Sonido (Berberian Sound Studio, GB, 2013), de Peter Strickland. El segundo largometraje de Strickland (la inédita en México Katalin Varga/2009) es una interesante meditación sobre el cine y la locura que, en el caso del ingenerio de sonido que protagoniza la cinta, están íntimamente ligados. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
X-Men, Días de un Futuro Pasado (X-Men: Days of Future Past, EU, 2014), de Bryan Singer. El verano hollywoodense hace bajar la guardia en serio a cinéfilos y críticos por igual. Estamos ante una palomera secuela que se beneficia de sus buenos actores, de una narración fluida pero repetitiva y de un par de secuencias ingeniosas. No hay nada más que eso. El buen cine hay que buscarlo en otra parte.
¿Qué Sueñan las Cabras? (México, 2011), de Jorge Prior. El sexto largometraje de Jorge Prior, tercero documental, fue filmado en varios pueblos de la mixteca oaxaqueña y en la sierra de Puebla. A través de él veremos la vida, la muerte, la fiesta, el trabajo, la cultura, que varias comunidades indígenas y mestizas han construido alrededor de la cabra. La cinta está dividida en seis "trozos" (o sea, hatos de cabra) que cubren todo el territorio y todas las actividades -en el monte con los pastores y arrieros, en el "hijadero" con los criadores, rumbo a la matanza de cabras, en pleno sacrificio con los matanceros, en la fiesta del día de muertos y, para cerrar el ciclo, con las cabras apareándose-, con cada segmento marcado por los versos muy bien dichos del "versador" Alfonso Jiménez y el leit-motiv visual de la fiesta en la que se celebra el rito del sacrificio de todos estos animalitos que, dice un arriero, "ah, cómo son sentidos".El acercamiento a esta forma de vida casi anacrónica -la mayoría de la gente que trabajaba en esto ya se fue para otras partes, el enorme rancho que antes sacrificaba miles de cabras ahora lo hace con unos cuantos cientos- nos recuerda el notable documental ovejero Sweetgrass (Barbash y Castaing-Taylor, 2009), aunque en un tono más lúdico y empático, menos antropológico.
Fogo (Ídem, Canadá-México, 2012), de Yulene Olaizola. Hace rato que vi el tercer largometraje de Olaizola. Escribí de él por acá.