Revista Cine
Dinero Sucio (Inside Job, EU, 2010), de Charles Ferguson. El ganador del Oscar 2011 a Mejor Largometraje Documental es una concienzuda y encabronante investigación de cómo llegamos a la crisis financiera global de la cual aún no nos recuperamos. El montaje de las entrevistas es notable, así como la banda sonora. Ojo a los cameos mexicanos en el filme. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Sin Límite (Limitless, EU, 2011), de Neil Burger. Una interesante premisa que parece saqueada de algún relato de Phillip K. Dick -una droga experimental hace que uses el 80% del cerebro que supuestamente siempre está desempleado- se tranforma a las primeras de cambio en un convencional pero entretenido thriller paranoico repleto de clichés... Incluido el de Robert de Niro en piloto automático. Un palomazo indoloro. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Hadewijch, entre la Fe y la Pasión (Hadewijch, Francia, 2010), de Bruno Dumont. El puntilloso lector Abraham Espinoza me dice que esta cinta ya tuvo su estreno comercial el año pasado. Yo la recordaba en la 51 Muestra y luego en exhibición en la Cineteca, pero no en estreno comercial propiamente dicho. En todo caso, seguramente el equivocado soy yo. De todas formas, tómelo como un re-estreno interesante en el cine Lido. Hadewijch es el más accesible filme del discutido Dumont: una opaca pero absorbente meditación sobre la fe y el fanatismo religioso. Una pudiente adolescente francesa, Celine (extraordinaria Julie Sokolowski), es expulsada del convento en donde se está preparando para ponerse los hábitos porque la Madre Superiora la considera una "caricatura de monja", más preocupada por sufrir y automortificarse que por acercarse realmente a Dios. Desamparada por el cristianismo, se encontrará con su tabla de salvación: un fanático maestro del Islam. En lo personal, creo que se trata de la cinta más equilibrada que ha hecho Dumont en toda su filmografía, aunque era innecesaria esa cita/saqueo de Mouchette (Bresson, 1967) en el final. Es así como Dumont se ha ganado la animadversión de algunos.