Revista Cine
La Caja de Pandora (Pandora'nin Kutusu, Turquía-Francia-Alemania-Bélgica, 2008), de Yesim Ustaoglu. Un melodrama gerontológico que no cae en los excesos melodramáticos de rigor. Cuando una anciana madre de tres infelices -en el más amplios sentido del término- empieza a tener síntomas de Alzheimer, las dos hijas y el hijo van por ella al pueblito en donde vive para llevársela a Estambul. Lidiar con la viejita ga-ga y con sus propias broncas personales no será tarea sencilla. Mi reseña, in extenso, en la semana -si es que sobrevive a la cartelera.
Camino (España, 2008), de Javier Fesser. El tercer largometraje de Fesser es una inclasificable obra que se mueve entre el melodrama de denuncia, el filme de crecimiento juvenil y la descarada comedia herética casi buñueliana. Basada vagamente en hechos reales -la muerte de una niña de 14 años, provocada por una enfermedad degenerativa-, la cinta causó una enorme polémica en España, debido a su visión poco halagueña del Opus Dei, la organización a la que pertenecián los familiares de la muchachita, vista como mártir de la fe por los sacerdotes de "la Obra". Fesser dirige con un eclectismo vigoroso: lo mismo secuencias fantásticas a la Peter Jackson (Criaturas Celestiales, 1994), imágenes gore de las continuas operaciones que sufrió la niña (prodigiosa Nerea Camacho), secuencias de una sarcástica crueldad apenas embozada (la que se refiere al papá de la protagonista, encarnado por un conmovedor Mariano Venancio) y una secuencia final socarronamente herética, en la mejor tradición buñueliana (cf. Nazarín/1959). Los creyentes en Dios y los miembros del Opus Dei tienen razón en molestarse. Los creyentes en el buen cine tenemos razón en regocijarnos. Mi reseña en el Primera Fila de Reforma.
Euforia (México, 2009), de Alfonso Corona. Vi este bodriazo fuera de concurso en Guadalajara 2009. Nunca lo olvidaré por dos razones muy simples: ha sido una de las peores películas que vi en la década pasada y no me pude salir del cine por mi clasemediera educación. Sucede que me senté al lado de dos colegas y, a continuación, apareció Ana Serradilla (alegre, fresca, luminosa, como está en pantalla), nos saludó amigablemente y se sentó al lado de uno de mis compañeros, a un metro de distancia. Con todo y el gusto de saludar a la señorita Serradilla, Euforia fue una tortura: la película va de ridiculez a ridiculez, de incosistencia a inconsistencia, y nadie podía agarrar cotorreo porque al lado de nosotros estaba sentada, muy sonriente, la protagonista. Tampoco me animé a huir del cine porque podía parecer una grosería: resabios de mi educación clasemediera. Tengo tres páginas enteras de notas sobre la película pero paso de escribir la reseña. No paga el tiro. Aquí está lo que escribí de ella, en Guadalajara 2009.
Hombres de Mentes (The Men Who Stare at Goats, EU-GB, 2009), de Grant Heslov. El primer largometraje del socio de George Clooney, Grant Heslov, es más un cúmulo de buenas puntadas que una buena película. El reparto es espléndido (Clooney, Jeff Bridges, Kevin Spacey, Stephen Lang y Ewan McGregor, con la mejor línea de toda la película), pero la comedia es, en el mejor de los casos, muy inconsistente. De todas formas, vale el palomazo. Mi reseña en el Primera Fila de Reforma.