En esta segunda parte, incluyo las películas que vi en las vacaciones pasadas pero que, en aras de la brevedad, no incluí en el artículo anterior.
Killer Joe (USA 2011). En el 2006, el director de El Exorcista, William Friedkin, unió esfuerzos con la dramaturga Tracy Letts para adaptar su obra Bug. El resultado fue una película bastante recomendable. Esta vez, ambos repiten con la misma fórmula, trayéndonos una película que resulta toda una sorpresa. Una combinación de violencia, humor negro y desilusión; la película contiene una de esas escenas que pasará a la historia del cine. Matthew McConaughey se dispara una actuación sorprendente como “Killer” Joe Copper, un policía que trabaja como asesino a sueldo. Impelable.
Chronicle (USA 2012). Descendiente de Las Brujas de Blair y toda la movida "found footage”, esta película de ciencia ficción es como la versión independiente y extra-suave de Los hombres X. El guión es bastante sencillo, nada profundo, pero la cinta es de lo más entretenida. Para ser una película de doce millones dólares, se notan algunas costuras a nivel de script y actuación. Sin embargo, a pesar de sus visos de ingenuidad tipo Hallmark Channel, cumple de manera cabal con su misión de entretenimiento. Buen afiche.
If I wan to whistle, I whistle (Rumania 2010). Crónica de un drama anunciado. Bien filmada, bien narrada; sin embargo la historia está anegada de lugares comunes: un delincuente juvenil, un hermano ingenuo, una madre conflictiva, un hogar destruido. La película parece un estancamiento políticamente correcto dentro de la nueva movida cinematográfica rumana.
Manslaughter (Dinamarca 2012). El prototipo de un ladrillo perfecto: drama intelectualoide danés. Última de la trilogía del director Per Fly. Un profesor abandona a su mujer para defender a su amante anarco-extremista. En mi humilde opinión, todo un barranco.
Más información »