Revista Cocina

Se me acabó el verano

Por Dolega @blogdedolega

Se me acabó el verano

Hoy es fiesta. Es la festividad de la ascensión de la Virgen María y más de la mitad de los pueblos de este país celebra sus fiestas y los que no, lo harán en los próximos días.

Pero yo estoy muy triste. Estoy triste porque en mi pueblo se fue el verano.

Hoy ha amanecido nublado, la temperatura no va a superar los 20ºC y empieza a soplar ese viento que trae aromas de otoño.

A mí el otoño me pone triste. Me gusta por sus colores ocres, sus moras para hacer mermeladas y los escaramujos naranjas, pero me pone melancólica.

Empiezan a rodar por la casa las chaquetas, las mantitas, las sudaderas. Todas esas prendas que se empiezan a necesitar a ratos y que terminan por imponerse sin piedad de aquí a dos meses.

En cuanto llega esta época voy, como las lagartijas, corriendo detrás de cada rayo de sol que se queda entretenido por la montaña.

Hoy estoy cosechando lavanda. Es una de esas tareas que me relajan aunque sean pesadas. Haré manojos con las flores y las pondré a secar, luego, cuando estén completamente secas las quitaré de los tallos y con las manos iré deshaciéndolas, para meterlas en bolsitas por los armarios, cajones y cualquier sitio que se me ocurra.

Se me acabó el verano

Dicen que la flor de lavanda ahuyenta a las polillas, no sé. Yo la escondo por los cajones para que al abrirlos, su aroma me recuerde que el verano está por llegar, que falta menos.

Ahh si,  también el orégano. Estoy haciendo manojos para secar.

Ahora resulta que los macarrones sin el orégano de casa, no saben igual…

Ya solo  queda el sol del medio día para disfrutar de una temperatura agradable a mi cuerpo.

Tengo que pensar en hacer la barbacoa para el blog rápidamente, porque como me descuide, se me viene encima el frio.

 


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