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Se me ha activado el córtex prefrontal.

Publicado el 16 mayo 2011 por Bypils @bypils

Se me ha activado el córtex prefrontal.Hoy, en una reunión , uno de los integrantes se ha apoyado ( cómodamente) en la silla, poniéndose a dos patas y ejerciendo un impulso ( no controlado) hacia detrás que ha hecho que se diera un buen tortazo…

La primera reacción ha sido la de la ayuda y la comprobación de que no hubiese ningún daño físico . El golpe , ha sonado a catacroc... La víctima se ha levantado rápidamente y, tras esos minutos de ver-que-no-ha-pasado-nada, ha empezado una cadena de risitas…Primero, al recordar la cara de espanto, los ojos abiertos como platos, el boli que ha salido volando y aquello de quedarse con la palabra en la boca y sustituirla por un Ohhh!: la expresión del “caído” ha sido una de las primeras cosas en activar la risa.

Al ver que el protagonista no se tomaba a mal la risita ( ya era imparable, aunque se intentara), se han empezado a desgranar los detalles cómicos del tortazo, cada uno desde su punto de vista…Y más risas…

Finalmente, el carcajeo era ya pronunciado e incluso, se ha hecho demasiado largo en el tiempo, ya que el “caído” empezaba a dejar de tener su sentido del humor afinado y le empezaba a fastidiar la cantinela… Y , aún sabiendo que ya era suficiente cachondeo, cada vez que lo mirábamos , nos asaltaba la risa.

Es curioso que nos ríamos de una caída. Se han estudiado ( y se estudian) los mecanismos que hacen que se desencadene la risa y lo que se sabe es que , ante un estímulo, se nos excita el área del córtex prefrontal medio. Primero, procesamos a nivel cognitivo y , después, pasamos a un nivel en esa zona del córtex, en el que se produce la emoción…y la risa.  Que el estímulo sea un buen tortazo , es lo que parece inexplicable…

Lo estoy recordando y me sonrío… Yo me he caído ( tengo una sonada en una excursión por la montaña ) y he visto como otros caían ( un hundimiento en un pozo de agua helada en la nieve) . Son caídas , siempre, sin repercusión física. He estado en los dos lados de la barrera y , aún habiendo experimentado las dos facetas, sigo sin entender la gracia que produce.Pero, hace gracia. Es un hecho.

Hay un filósofo francés , Henri Bergson , que tiene un interesante ensayo sobre la risa dice lo siguiente :

“(…)para que la risa sea posible, el objeto risible ha de resultarnos indiferente, hemos de ser insensibles, por así decirlo, sin identificarnos con aquél que nos suscita risa, ni mucho menos sentirnos inclinados a compadecerle: «Lo cómico, para producir su efecto, exige algo así como una momentánea anestesia del corazón. Se dirige a la inteligencia pura. »

Sólo cuando sabemos que el “caído” está bien , nos podemos distanciar emocionalmente , como para reírnos de su desgracia… Ya ves, el nivel cognitivo le estará diciendo al emocional : ¿Qué tiene de gracioso ver a un tío, espatarrado encima de una silla, tumbada en el suelo?…De verdad, aún me hace gracia. Es como la canción del verano ( La Barbacoa o El Chiringuito), que si la oigo una vez, no para de repetirse en mi cabeza… ¡Qué tortazo se ha dado!…

Lo que nos ha proporcionado el “momento silla” es más de un minuto de carcajada limpia. Según los últimos estudios de risoterapia esto equivale a 45 minutos de “relajación” ( ¡He acumulado, 90 por lo menos!). Además, reír tres veces al día durante un minuto nos hace más saludables y aumenta nuestra esperanza de vida por lo que puedo añadir unas semanas más a mi tiempo vital. Por si fuera poco, según la Universidad Vanderbilt de Nashville, he realizado un gasto energético del 20%  cada vez que me he reído  y si lo hubiese hecho durante quince minutos, hubiese adelgazado…

Así que sólo me queda dar las gracias al “caído” porque su aterrizaje forzoso, me ha dejado fenomenal…

Y …sonriéndome…

Pobre!.

N.B 1 Este es un post cruel, lo admito pero… es que ha sido muy gracioso y se me ha activado el córtex prefrontal…Lo siento. ; – )

N.B 2: La B.S.O. de este post.


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