Revista Cultura y Ocio

Se montó la de San Quintín

Por Viriato
Bonita frase pero… ¿sabes de donde procede?

Se montó la de San Quintín

Mapa de 1557. En amarillo los territorios españoles en Europa.

Para conocer su origen debemos retroceder hasta mediados del Siglo XVI, a San Quintín (en francés Saint-Quentin), ciudad situada en el noreste de Francia, cercana a lo que un día fueron los Países Bajos españoles. En esta ciudad se produjo una gran batalla entre Francia y España, en la que los franceses fueron, prácticamente, masacrados.
En 1556 las tropas de Enrique II, rey de Francia, atacaron Nápoles y el Milanesado, bajo soberanía española, en su ansia por hacerse con las pertenencias españolas en Italia. Algo que Francia intentaba (sin éxito) desde hacía décadas, y que he mencionado en más de una entrada en el blog (La batalla de Bicocca y La Liga de Cognac). Los franceses fueron despachados de Italia por el III Duque de Alba y su ejército.

Se montó la de San Quintín

Manuel Filiberto, Duque
de Saboya.

En cuanto la noticia de ofensiva francesa llegó a oídos del entonces rey de España, Felipe II, ordenó invadir Francia. Las fuerzas españolas, apoyadas por flamencos, alemanes, borgoñeses e ingleses (Felipe II solicitó apoyo militar a su segunda esposa, María Tudor o María I de Inglaterra) contaban con entre 40.000 y 60.000 hombres. Se adentraron en territorio francés y realizaron una maniobra de distracción, plan ideado por su comandante, Manuel de Filiberto, Duque de Saboya, que consistía en atacar las ciudades francesas de La Champaña y Guisa. El grueso del ejército francés se dirigió entonces a las ciudades asediadas por los españoles, creyendo que toda la fuerza hispana se concentraría allí.
El 2 de agosto de 1557, el ejército de Felipe II se dirigió entonces a San Quintín, que no contaba con hombres suficientes para aguantar la embestida española. Los refuerzos galos no tardaron en llegar, más de 35.000 hombres al mando de Anne de Montmorency.
El 10 de agosto Montmorency intentó tomar la ciudad, pero no ideó una buena estrategia, intentó acorralar al  ejército imperial sin éxito. Los arcabuceros españoles crearon el pánico entre el enemigo, no dejaban de disparar, con tanta dureza que los 5.000 mercenarios alemanes al servicio de Francia se rindieron. Los galos se vieron sobrepasados, eran inferiores en número y no estaban bien situados en el campo de batalla, caían como moscas y no lograban hacer nada para remediarlo. El propio Montmorency fue capturado por un soldado español, de nombre Sedano (no es la primera vez que hablo aquí de un soldado que captura a alguien “importante”).
Las bajas francesas ascendieron a 25.000, entre muertos, prisioneros y heridos; toda su artillería y 50 banderas fueron capturadas. Las bajas españolas no llegan a 300, casi cien veces menos.

Se montó la de San Quintín

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Para conmemorar la victoria Felipe II mandó construir el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, ya que el 10 de agosto, día de la batalla, es festividad de San Lorenzo.
Una curiosidad muy curiosa es que hoy día las ciudades de San Lorenzo de El Escorial (España) y Saint-Quentin (Francia) están hermanadas, no tienen guasa…
Continuará…

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