Todos tenemos esas semanas que son mas duras que subir al Everest sin oxigeno, y lo peor, aparecen por sorpresa. Son aquellas que a primera hora del lunes se tuercen y cuando llegas al miércoles, estás seguro que no llegaras vivo al viernes.
Hay una serie reglas básicas para sobrevivir esas semanas:
- En primer lugar, si con anticipación ya prevés una semana difícil (reuniones incomodas, algún plazo que cumplir, etc.), no tienes excusa; controla el azar, no dejes cabos sin atar, planifica el trabajo con especial cuidado, seguro que tu productividad será baja, ya que empezarás la semana condicionado por lo que te viene encima. Prepara bien la semana y déjate el tiempo suficiente para hacer las cosas.
- Ten claro que las situaciones complicadas no se acumulan en estas semanas porque esta escrito así, es solo una percepción porque por alguna razón te predispones negativamente. No dejes que tengan propiedades aditivas. Trátalas y soluciónalas por separado.
- Busca siempre la perspectiva del día en global, comprobarás como le estas dando demasiada importancia a las percepciones negativas… seguro que han pasado cosas buenas también.
- No procrastines. Estas semanas el riesgo de procrastinar se dispara. Tienes que ser mas exigente que nunca en realizar las tareas que te dan pereza. Cuanto antes te las quites de encima, mejor.
- No te obsesiones, si no estas en plena forma, reconócelo y ponte tareas poco exigentes.
- Al terminar cada día, ordena y verifica la planificación de los días siguientes, estas semanas la sensación de caos es constante, hazla desaparecer recordándote que tienes la situación controlada.
- A media semana, haz algo fuera de lo habitual, rompe la semana, móntate un fin de semana exprés: sal a cenar fuera, pide permiso para salir de trabajar un rato antes y vete al cine o de compras…
- El viernes termina todo lo que dependa de ti, y lo que no depende de ti, regístralo y asegúrate de enviar un recordatorio. Si necesitas alargar un poco más tu jornada, hazlo, pero termina todo lo que tengas. Si te vas a casa con algún cabo suelto, no descansarás y empezaras mal la siguiente semana.
Y por último, si se encadenan las malas semanas y no consigues controlarlas, busca la verdadera razón, porque el problema no son los imprevistos que puedan aparecer, es endémico y tienes que atajarlo con medidas concretas (desmotivación? stress? mala organización? …)