El mercado de los productos capilares basados en el efecto anticaída es cada vez más extenso, debido a que la pérdida del cabello es un aspecto estético que preocupa a los hombres y, en especial, a las mujeres.
El presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, (AEDV) José Carlos Moreno, explica que la caída de pelo es normal, el problema es cuando no se regenera; “cuando hay una desproporción entre el cabello que cae y el que nace, o cuando el cabello nuevo no tiene la misma calidad que el que ha caído”, señala.
Ante ello en muchos casos se opta por comprar el champú o el complejo vitamínico publicitado para frenar la pérdida. Pero, ¿hasta qué punto funcionan?
Alejandro Camps, dermatólogo del Centro Médico Teknon y miembro de la AEDV, dice que “el término ‘champú anticaída’ no deja de ser un concepto comercial. No tienen ningún efecto demostrado sobre la pérdida de cabello”.
En el caso de las lociones y las vitaminas, pueden ayudar a controlar la caída si se debe a estrés o por falta de algún nutriente como el hierro, “siempre y cuando el pelo esté sano”, subraya el experto.
En caso de alopecia androgénica, es decir calvicie común, los únicos tratamientos con eficacia demostrada para frenar la pérdida, señala el doctor Camps, son el minoxidil 5% (loción) y la finasterida (tratamiento oral), aunque el segundo es desaconsejado para las mujeres, y su uso es permanente.
Otra opción para recuperar el cabello es el trasplante capilar. La técnica consiste en extraer pelo de la parte trasera de la cabeza e injertarlo en las zonas donde escasea. Pero no todos son candidatos, pues se necesita que haya suficiente cabello en la zona proveedora para cubrir el área escasa, y el pelo tarda en salir entre ocho meses y un año.
En la actualidad hay dos técnicas de trasplante capilar: la tira y el fue. En la primera, se extrae de la parte trasera de la cabeza una tira de piel que incluye el pelo con una amplitud aproximada de 1 a 1.5 cms, y se cierra la zona de extracción mediante una sutura que dejará una cicatriz casi invisible.
En la segunda, se rasura la zona donde se va a tomar el cabello, y de ahí se extraen las unidades foliculares de una en una.
En cuanto a la idea de que lavarse a diario el cabello favorece su caída, el especialista señala que es un mito, pues en realidad sucede lo contrario. “La grasa ahoga al pelo.
Un lavado diario con un poco de champú le va al cabello muy bien”. En cambio, uno de los peores enemigos del pelo es el estrés.
Fuente: Muy Interesante
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Categoría: Glosario de la Salud