Está de moda eso de buscar la iluminación (habría que ver qué entiende por iluminación cada uno de los que la busca...) y muchas personas con neurosis la anhelan. Me ha surgido en ocasiones la pregunta de los cuál puede ser la base psíquica (de mínima salud mental) para que se llegue a encender esa“bombilla” y si las personas neuróticas pueden tener dificultades extras para dar con el interruptor. ¿O puede ser la propia neurosis la genere tal estado de insatisfacción con la vida que pueda moverle a alguien a buscar esa “luz” que amplíe su concepción del mundo y le lleve a una visión más amplia? ¿O ciertas neurosis más que llevar al sujeto a buscar la “iluminación” pueden llevarle a escapar de la realidad mediante la búsqueda de una especie de autoanestesia luminosa que alimenta desde su propia visión limitada de la realidad?
Quizás haya un poco de todo. Es posible que un cierto grado de malestar psíquico con la vida pueda movernos a mirar más allá de nuestra estrecha visión de la realidad, para abrir nuestras mentes. Pero también la propia inquietud de búsqueda puede hacer que nos alimentemos de espejismos y que nos apoyemos en “iluminaciones” falsas que nos ayuden a evadirnos de nuestro malestar existencial.
Creo que quizás en este punto cobre sentido un maestro o guía que nos ayude a mirar más allá de nuestras propias narices neuróticas, para que nos podamos dar cuenta de hasta donde nos estamos engañando. ¿Pero qué ocurriría si el guía, maestro o terapeuta tiene otra neurosis aún más peligrosa que la nuestra que hace que nos desviemos aún más del camino? ¿Cómo diferenciar quién puede ayudarnos de quién puede confundirnos aún más? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, el guía nos retroalimenta el ego hablándonos de lo iluminados que estamos engordando nuestras neurosis y, por lo tanto, confundiendo más nuestro camino? Pues seguramente nada bueno, o bien, puede ser una prueba más en el camino a través de la cuál aprender un poco… También es posible que la iluminación aporte cierta perspectiva o distancia ante la neurosis, aunque no la cure. Lo que puede ser bueno o malo según el nivel de distancia que se tome… Si es excesiva uno se puede desentender de su necesidad de arreglar sus problemática psíquica ignorándola, si no es excesiva, puede aliviar el sufrimiento que genera la neurosis ocupándose uno por fin de ella o incluso tomar la difícil decisión de acudir a un experto en salud mental. Seguramente esto dependa del tipo de neurosis, de la personalidad del sujeto, de su madurez, y de muchas más variables.
Quizás los neuróticos puedan tener ciertos atisbos de la iluminación (según dicen eso de la iluminación va por grados y etapas), quizás la neurosis sea un síntoma de falta de consciencia, quizás ciertas neurosis más graves impidan o dificulten hacer adecuadamente el camino.
¿Por qué no plantearnos trabajar los elementos neuróticos de nuestra personalidad en paralelismo con el propio trabajo espiritual? ¿Por qué no pedir la ayuda que corresponde a cada nivel de dificultades? Pues si no seguiremos con los ojos vendados, distorsionando las propias experiencias y, lo que es peor, confundiendo a otros si pretendemos ayudarles en su camino.