Hace tan poco tiempo que están en el poder que es mejor hablar de "torpeza" que de "violencia totalitaria" para referirnos a la brutal represión policial ejercida en Valencia contra estudiantes que protestaban por los recortes en la enseñanza pública. Denominar "enemigo" a unos estudiantes que protestan en la calle, como ha hecho el jefe de la policía valenciana, es una barbaridad, especialmente si se hace en presencia de la delegada del Gobierno elegido por los ciudadanos, cuya misión no es aplastar estudiantes, sino protegerlos.
La cuarta jornada de protesta en Valencia por los recortes en Educación se saldó con 25 detenidos, cinco de ellos menores y una veitena de heridos, consecuencia de las cargas policiales contra estudiantes, profesores y otros manifestantes que protestaban en las calles de la ciudad. La brutalidad policial, difícil de explicar, ha encendido la mecha y es posible que Valencia se convierta en una antorcha, que podría prender en otras ciudades españolas. Como reconociendo su error del día antes, la policía desapareció ayer de las calles valencianas, dejando en libertad una manifestación masiva contra los abusos del poder.
Nadie cuestiona el papel de la policía en la salvaguarda del orden, pero ese papel debe ejercerse con inteligencia, sin violencia gratuita, sin aplastar a aquellos ciudadanos a los que el Estado debe proteger. La policía dispone de materiales, recursos y tácticas que garantizan el orden sin que tengan que llenar los hospitales de heridos y el país de estupor ante la violencia desmesurada.
El gobierno de Rajoy debería saber que el sufrimiento y las privaciones son tan intensos en España que la represión policial puede aportar la excusa que muchos buscan para saldar sus cuentas con los políticos que nos han llevado hasta la ruina, sin que las masas sepan distinguir muchos entre políticos de derechas y de izquierdas. Sólo saben que los han elegido para que solucionen los problemas y ellos se han convertido en el gran problema, en la "peor pesadilla" de España.
Los periodistas presentes en las cargas policiales de Valencia hablan de violencia desmesurada y aseguran que la policía parecía enloquecida. Dicen sentir vergüenza de que la policía trate con esa violencia extrema a niños de 13 años, que son el futuro de España, muchos de los cuales quedarán traumatizados. Algunos exageran y hablan de ensayo de tácticas paramilitares por parte de la policía.
¿Se puede ser más torpe que el PP gobernando? No llevan ni 100 dias en el gobierno y ya han cometido errores que les costarán muy caros, no sólo a ellos, sino también a España. Han subido los impuestos después de haber prometido en campaña electoral que no los subirían, sin tacto, sin ni siquiera una explicación que ayudara a los ciudadanos a entender el cambio de criterio. Habría bastado que Rajoy dijera ante una cámara: "No nos gusta subir los impuestos, pero no tenemos mas remedio que hacerlo. Las cosas están tan mal que las medidas tienen que ser extremas. Prometo bajarlos cuando la situación mejore". Pero no hizo eso, sino subirlos por sorpresa y esconderse durante más de una semana, en silencio.. ¡Torpe! ¡Novato!
Rajoy ha sido elegido para que solucione dos problemas que tienen a España contra las cuerdas: el hundimiento de la economía y la corrupción. Para lograrlo, cuenta con un enorme apoyo popular. Dilapidar ese apoyo con torpezas, errores, debilidades y concesiones sería una gran traición de consecuencias catastróficas para el sistema político español.
Los del PP han cometido otros errores gratuitos, como condecorar a Zapatero y a su gobierno, cuando el pueblo pedía castigos para los corruptos y los despilfarradores; decir que el traspaso de poderes había sido "ejemplar", para después contradecirse y hablar de engaños socialistas en las cifras del déficit; afirmar que no se pedirán cuentas por los errores pasados, cuando muchos votantes del PP les habían elegido, precisamente, para que pidieran cuentas y limpiaran España (sobre todo el Estado) de inmundicias.
Y ahora, con la represión policial en Valencia, nuevo capítulo de la estupidez del PP, un exceso gratuito que puede llevarnos a la revuelta. ¿Por qué no han destituido ya, de manera fulminante, a ese energúmeno, jefe de la policía de Valencia, que ha calificado de "enemigo" a los estudiantes? ¿Van a tener razón los que afirman que el enemigo para los gobiernos actuales, es su propio pueblo?
Hay más arrores y políticas incomprensibles, como el endeudamiento y el gasto, que, con el PP en el gobierno, están siendo iguales o superiores a los de Zapatero en el derrochador año 2009, pero tangamos paciencia y esperemos a que aprendan a gobernar. Si no aprenden, ya conocemos el camino: Europa los destituirá y pondrá en lugar de los políticos ineptos a tecnócratas de prestigio, gente que tiene experiencia, que no está atado a los compromisos y esclavitudes de los partidos políticos y que han demostrado en sus vidas que saben gestionar y crear riqueza.
Los del PSOE, que estaban arrastrándose por el suelo, derrotados y sin esperanza, tras haber arruinado y llenado España de desempleados y de nuevos pobres, se están levantando gracias a la portentosa falta de neuronas del Partido Popular. Ayer mismo me comentaba un socialista sevillano: "Los hemos cogido con lo de Valencia. Lo van a pagar tan caro como pagaron el "Prestige" y la Guerra de Irak". El desgraciado estaba feliz porque retorna la trifulca y porque sus mejores aliados, aquellos que dominan la protesta violenta en las calles, ya tienen carnaza para morder.
¿Se puede ser más torpe que el PP?
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