En el campo de la nanotecnología, mientras los científic@s se esfuerzan por crear nanobots del tamaño de una bacteria, los investigadores del NanoRobotics Laboratory de la École Polytechnique de Montréal en Canada han decidido controlar bacterias directamente.
Para esto han utilizado a bacterias magnetotácticas, conocidas por tener “brújulas internas” que las hacen seguir las variaciones de los campos magnéticos en las que se hayan inmersas. Controlando dichos campos por ordenador, han conseguido convertir a dichas bacterias en “obedientes” nanobots.
En el vídeo se muestra cómo consiguen controlar una enjambre de 5000 bacterias para construir una microscópica pirámide en 15 minutos.
En otros experimentos han conseguido dirigir a las bacterias a voluntad por los vasos sanguíneos de una rata.
El alcance del proyecto es conseguir que estas bacterias sean el sistema de propulsión de nanorobots más grandes que puedan llevar medicamentos a puntos concretos del organismo, reparar órganos o incluso construir nanoestructuras más complejas ‘in situ‘.
La verdad es que ver cosas como esta lo dejan a uno estupefacto.