¿Se pueden patentar los genes?

Hoy en día existe un serio debate que puede generar cambios en la futura medicina genética: ¿se pueden patentar los genes? Este debate surge ya que aproximadamente el 20% de los genes humanos han sido patentados por empresas privadas. Las compañías que tengan determinados genes tendrán, a su vez, el monopolio para conseguir los remedios que curen el cáncer, el SIDA o el Alzheimer.

Las patentes de los genes

Existen casos, como el de Myriad, que tiene patentados dos genes relacionados con el cáncer de mama y de ovario, de forma que sólo ellos pueden utilizarlos y estudiarlos. Sin embargo, algunos científicos ponen patentes genéticas no exclusivas que permiten que los demás puedan investigar sobre ellas, aunque no es lo más común.
Quienes realizan estas patentes advierten que si esto no existiera, no existiría investigación. Mientras tanto, los médicos, genetistas y otros profesionales de la salud, y los pacientes dicen que la competencia genética haría que bajaran los precios, se mejoraran los resultados y llevaría a más descubrimientos. Si los genes están patentados, los médicos no pueden trabajar y opinar libremente sobre ellos, mientras que las empresas que monopolizan el mercado de los genes ganarían muchísimo dinero a costa de la salud.
Personalidades como Salzberg afirman que la patente genética va contra los principios científicos de difusión abierta y divulgación de la salud. Por otro lado, si cada empresa patentara un par de genes, se podría llegar a un punto en que la genética estaría tan desperdigada por el mundo que no se podrían hacer ensayos e investigaciones certeras.

Con la genética se apunta a la medicina personalizada, en la que no existan más medicamentos y tratamientos genéricos, sino que se avale la prevención y el tratamientos adecuado para cada persona, teniendo en cuenta todas sus características.Hoy en día las patentes de genes se están estudiando de forma legal, aunque en casos similares anteriores se determinó que las leyes de la naturaleza, los fenómenos naturales y las ideas abstractas no se pueden patentar. Sin embargo, las empresas dicen que el hecho de aislar los genes de la cadena de ADN dejó a esos genes con una química muy diferente, por lo cual no entrarían dentro de estas normas básicas. Además, justifican que el gen aislado es algo costoso y difícil de identificar.

¿Qué pasa cuando una empresa patenta un gen?

Aislar un gen, como el del cáncer de mama, llevó años de investigación y muchísimo dinero. Patentar un gen en cierta forma significa conseguir ese dinero de nuevo. Por ejemplo, en el caso de Myriad, si una mujer quiere hacerse un análisis genético para el cáncer de mama deberá pagar una cuantiosa cantidad de dinero a la empresa. Desde Myriad, en cambio, se dice que los sistemas de salud pagan casi la totalidad de la prueba, argumentando que las mujeres no se hacen la prueba no por el precio, sino porque no conocen esa opción.
Pero los genes sirven para mucho más: se usan en vacunas, seguridad alimenticia, agricultura, industria y medio ambiente, a quienes también afecta la patente de genes.

¿Qué descubrió exactamente Myriad?

Myriad pudo aislar los genes BRCA, los secuenció, y descubrió que estaban relacionados con genes normales, pero que estaban dañados por mutaciones y reordenaciones que alteran la secuencia habitual del ADN. Este daño es el que lleva a una probabilidad mayor de cáncer de mama o de ovarios.
Fue entre 1997 y 1998 que patentó estos dos genes aislados, exactamente se realizaron siete patentes que tenían que ver con los genes, con fragmentos de ADN específicos de cada uno de ellos y con las pruebas de diagnóstico para encontrarlos.
Sin lugar a dudas, la patente de los genes plantea un debate moral sobre la posibilidad de que un gen pertenezca a una empresa, y qué problemas de salud conllevaría esto en un futuro no tan lejano.
Fuente;  Ojo Cientifico
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